Martí, legado inolvidable
Por : Bárbara Fortes y René Pérez Chaviano, Economista y estudioso de la obra martiana
A propósito del 19 de mayo, aniversario 122 de la muerte en combate de José Martí.
A Martí preferimos recordarlo montado en su caballo, con los estribos por tribuna hablándole a la tropa aquel 6 de mayo, después de haber tenido lugar la entrevista de La Mejorana, en la que demostró su sabiduría, y el apego de Martí a los principios revolucionarios.
Mariano Corona, testigo personal del discurso; "Martí habló, se le oía como oyeron los hebreos , las máximas de Cristo,con adoración bíblica, con fanatismo de idólatras", o como lo vio Máximo Gómez, quien expresó:"Yo vi a José Martí, como
un venado jinete, rodeado de aquellos diestros soldados que nos recuerdan la historia cubierta de gloria de las Pampas de Venezuela"
Nos lo representamos acercándose a Angel de la Guardia, su joven ayudante, tocándole a éste con mano dos o tres veces en el hombro:Vamos allá delante- Pero si usted está solo, le respondió su ayudante.No importa, es poco, vamos adelante y
allá fue el Maestro hacia la línea de fuego. Como no imaginarnos al Apóstol, como lo describió Mariano del Rosario: "Peleando en medio del campamento espaañol y venía corriendo, tirando tiros".
Qué leyenda de la antiguedad y del presente pudiera sobrepasar esos cuadros¿ Pero sobre todas las cosas preferible es recordarlo con su sonrisa en los labios, con la felicidad con la que iba al combate, y seguramente en los últimos
momentos pensara en loq ue apenas de niño escribió en sus magníficos versos:
Por eso no es casual que el propio Ximénez de Sandoval, el jefe d elas fuerzas españolas , enemigo de Martí, notara al ver su cadáver..."entreabiertos sus ojos pardos con la expresión del que muere dulcemente por su patria"
En 1893 en un discurso pron uinciado por Martí, en honor a Simón Bolívar expresó:" Así de hijo en hijo, mientras la América viva el eco de su nombre resonará en lo más viril y honrado de nuestras entrañas".
Hoy los cubanos podemos gritar a viva voz Si Martí, de hijo en hijo, de ser humano a ser humano, mientras el mundo exista, el eco de tu nombre resonará en lo más viril y honrado de nuestras entrañas.
Muero feliz: la muerte
poco me importa, logro
salvarla
Oh que dulce es morir
cuando se muere
luchando audaz por defender
la patria.
«Yo moriré sin dolor; será un rompimiento interior, una caída suave, y una sonrisa»
(Cuaderno de Apuntes, número 8. 1881. O.C. 21: 183)
0 comentarios