Iniciado en El Cuzco y sus luchas descolonizadoras del siglo XVI, el libro El país de la canela irrumpe hoy en las letras árabes, parte de una trilogía colombiana concebida por el escritor William Ospina. En el auditorio del Instituto Cervantes, en esta capital, el autor expresó los motivos que inspiraron a su recorrido por el redescubrimiento del Amazonas, uno de los escenarios del realismo mágico, y los reclamos de sus pobladores.
De río a río califica Ospina el tránsito de la traducción en un viaje para mostrar a los lectores árabes el recuento de la invasión del imperio incaico y la destrucción de sus deidades, para imponer a sangre y fuego una confesión extranjera.
Los protagonistas del relato novelado a su vez van dejando un registro poético que relata sus andares a modo de cronistas de las Indias, aseguró su autor.
Se trata de una expedición desmesurada por un sueño que refleja cuánto el absurdo de una búsqueda puede retribuirse con la grandeza de lo encontrado según trascendió durante la presentación a cargo del embajador colombiano Álvaro Sandoval.
Traducido antes al inglés y el francés, la intención de llevalo al árabe es acercar un relato que muestra las problemáticas de latinoamérica a lectores que pueden orientar a un público más amplio, declaró el autor a Prensa Latina.
Lo más importante será ver como resuenan estos estudios del Siglo XVI de América Latina y la naturaleza de la región entre los lectores egipcios (y árabes en general), añadió Ospina, ganador del Premio Rómulo Gallegos en 2009 por este volúmen publicado en 2008.
El país de la canela es la segunda de una trilogía antecedida en 2005 por Ursúa, y completada en 2012 por La serpiente sin ojos. |
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