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A mi Entender

Brasil ganó sensacionalmente el Mundial de Fútbol Sala

futbol-salaEspaña se quedó a las puertas, a 19 segundos de añadir la gloria del Mundial al Europeo conseguido en febrero. Perdió su primer partido en siete años y fue el más inoportuno. Brasil ganó la Copa del Mundo de Fútbol Sala y el mazazo fue más duro que el recibido en el pasado Mundial, cuando los de Venancio López cayeron, también ante la canarinha, en la tanda penaltis. Esta vez fue en la prórroga, a la que se llegó después de que Brasil empatara el partido a tres minutos de final. Cuando se preparaban para los penaltis, Neto se pegó una carrera por la banda izquierda y colocó un potente disparo a la base del segundo palo de Juanjo. Y aunque tuvo una última ocasión a falta de un segundo, España se quedó con cara de pasmo.

España y Brasil se repartieron los tiempos, el primero para La Roja, entregada a un plan que angustió a Brasil; el segundo, para la canarinha, una roca resistente y una selección de pegadores de primera que se convenció a medida que se acercaba el final. Cazó dos goles en dos puñetazos directos a la mandíbula, dos disparos secos de media distancia. España siguió a lo suyo, cuando se vio por debajo y cuando le empataron el partido, pero su punto de convencimiento no llegó a ser tan absoluto como en el primer tiempo. Del combate nulo quedó una prórroga tensa protagonizada por dos gigantes, como corresponde a un duelo que resuelve la hegemonía. Un partido para cabezas frías. No la tuvo Fernandao cuando agarró a Neto a un mundo de la portería española. Sí la tuvo Juanjo, salvador del doble penalti. Y la tuvo, definitivamente, el mismo Neto, indudable vencedor de un duelo que resolvió con extrema crudeza cuando se embocaba ya la lotería de los penaltis.

Si la Roja perdió fue porque no mantuvo la extraordinaria convicción que mostró en los primeros 20 minutos, cuando no enseñó ningún punto débil. Jugó con determinación, se sintió superior y reclamó el trono con entereza. Pero no cantó gol porque se le nubló la vista en los metros finales. Desviada la mirilla, realizó en cambio un ejercicio defensivo formidable: presionó e hizo que Brasil pasara por un trauma cada vez que debía iniciar la jugada desde su propio campo. Por lo que el rival resolvió el dilema abusando de los balones en largo como única fórmula para ganarse un tiro, casi siempre escorado.

Quizá herida en su orgullo, la canarinha reaccionó en el segundo tiempo. La altanería del primer acto la transformó en voluntad de victoria. Enseñó los colmillos y de la mejora sacó un tanto, al que contribuyó decisivamente la puntual empanada del equipo español: defendió con la mirada un rápido saque lateral y Neto, un pegador de primera, enchufó un potente zurdazo que llevaba el gol puesto. La diana de Neto destempló a España y encendió a Brasil, que empezó a ejercer el dominio emocional del partido. Algo tuvieron que ver algunas decisiones del árbitro, inexplicablemente sancionador de lo que no era nada y permisivo con faltas flagrantes. En su salsa Brasil, que es un equipo curtido, se creció, así que quedó un partido precioso, abierto y con alternativas.

En el nudo del encuentro España, que pasó por un mal trago, no se amilanó. Así la tuvo Miguelín, que buscó la solución buscando el uno contra uno, un acto de gallardía; así llegó el gol de Jordi Torras, que cazó un escorzo un rechazo a disparo de Miguelín. Y casi sin tiempo para celebrar, devolvió la moneda a Brasil en un saque de esquina, rematado por Aicardo y desviado a la red para fatalidad de Fernandinho.

Pero el plan ya no funcionaba como al principio y Brasil se cobró la pieza. Se sacó de la chistera a Falcao, que si es una leyenda es por momentos como en la final: conservado con mimo para las situaciones de necesidad, a la primera que tuvo, la clavó en la escuadra. Con tres minutos por jugar y todo por resolver, fue un final de infarto, alargado hasta la prórroga por mérito de Juanjo, el meta español. Pero en la prórroga triunfó Brasil porque emergió Neto. España cayó con entereza y se quedó, otra vez, a un paso de la gloria.

BRASIL, 3 - ESPAÑA, 2

Brasil: Tiago (pt), Gabriel, Simi, Fernandinho, Neto (quinteto titular), Guita, Frankling (pt), Ari, Rafael, Vinicius, Je, Falcao, Wilde y Rodrigo.
España: Juanjo (pt), Aicardo, Fernandao, Kike, Alemao (quinteto titular), Cristian (pt), Ortiz, Torras, Alvaro, Miguelín, Lozano, Borja, Lin y Rafa (pt).
Árbitros: Hector Rojas (PER), Marc Birkett (ENG) y Sergio Cabrera (CUB). Amonestaron a Fernandao, Kike, Ari, Neto y Tiago.
Goles: 0-1, m.24: Neto. 1-1, m.29: Torras. 2-1, m.30: Aicardo. 2-2, m.36: Falcao. 2-3, m.49: Neto. Final del Mundial de fútbol sala disputada en el Indoor Stadium Huamark ante 8.000 espectadores.

(Con información de El País)

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