Intelectuales y artistas acompañarán siempre el empeño de que este archipiélago, que la Revolución puso en el mapa político del mundo, siga siendo reconocido también por su singular modo de pelear cantando, bailando, riendo y venciendo, subrayó hoy Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
De la UNEAC fundada por Nicolás Guillén y otros cubanos universales emergió un compromiso para siempre con el destino de la cultura nacional, dijo.
Díaz-Canel rememoró las diversas acciones de Fidel Castro en aras de preservar la cultura, que como expresó muchas veces es lo primero que hay que salvar, y era esa una de las razones por las cuales el líder histórico de la Revolución acudía tantas veces a la vanguardia artística cubana para enfrentar los desafíos.
Destacó la importancia de leer conscientemente el texto Palabras a los intelectuales, por los principios que enarbola para la política cultural cubana y hacer una interpretación contextualizada teniendo en cuenta que Revolución somos todos los que la hacemos posible en vida y obra.
El Presidente cubano resaltó el impacto universal de la Revolución que trasformó a una nación pequeña y atrasada en una indiscutible potencia mundial por sus recursos humanos y sentimentales, a pesar del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos.
Díaz-Canel reiteró el deber de ser coherentes tanto en el sector privado como estatal, porque ambos responden a la misma política cultural y deben promover, defender y dar espacio a quienes hacen arte verdadero.
Se refirió también a la cultura como eslabón fundamental para el encadenamiento productivo que nos interesa promover en el turismo, pero hay que ser auténticos y demostrar el orgullo de lo que somos, dijo.
Resulta inaceptable que no se comprenda que todas las instituciones culturales existen por y para los creadores y su obra, no a la inversa, y que el burocratismo y la falta de profesionalidad ahogan la creación, enfatizó.
El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros insistió en que es preciso hacer más proactiva la organización en sus bases e indagar las misiones que cumple en función de aquellos a quienes representa.
Los artistas tienen el deber de pagar sus impuestos pero no deberían tener que abonar a las empresas si estas no han tenido nada que ver con sus contratos de trabajo, su promoción y amparo jurídico, señaló.
Entre los temas que necesitan acciones y reacciones por parte de la UNEAC está el combate a los mercenarios culturales, esos dispuestos a linchar a cuantos artistas y creadores apoyen a la Revolución, subrayó.
No vamos a limitar la creación pero la Revolución que ha resistido 60 años por saber defenderse no va a dejar sus espacios institucionales en manos de quienes sirven a su enemigo, enfatizó.
En la jornada de clausura del IX Congreso de la UNEAC Díaz-Canel reconoció la labor de Miguel Barnet al frente de la organización, y felicitó a Luis Morlote Rivas por ser elegido presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
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