Algunas lecciones del tornado del 27 de Enero
Con la alta tecnología y el enorme aval científico actual aún no es posible predecir, con la precisión deseable, la ocurrencia de tormentas locales severas, y mucho menos, un evento extremo tal como un tornado o granizada. En muy corto tiempo se desatan fuerzas enormes que solo podemos evitar si estamos bien protegidos. Significa que la salvación depende del conocimiento y la respuesta eficiente ante el peligro.
“Alrededor de las 8:20 p.m. del 27 de enero de 2019 en La Habana se formó un tornado que se mantuvo sobre tierra los siguientes 26 minutos, desplazándose hacia al NE hasta salir al mar, dejando a su paso enorme destrucción y muerte”.
Las imágenes y relatos de lo acontecido la noche del 27 de enero de 2019 en algunos barrios de la ciudad de La Habana son impresionantes. Es difícil imaginar el terror que provocaron el ruido “como de aviones volando bajo”, el sentirse “levantado y empujado por el viento”, o “aplastado bajo los escombros de la propia casa”. Salir a la calle en la mayor oscuridad y ver entre las sombras los árboles arrancados con todo y sus raíces, los postes de electricidad y telefonía derribados, los autos aplastados después de haber sido arrastrados y volteados, numerosas edificaciones sin sus techos y con sus paredes derribadas. Observar por doquier escombros y objetos de todo tipo, las aguas brotando por los tubos fracturados, la gente confundida, desolada, clamando por ayuda. No se entendía en esos momentos cuál podía ser la causa de tanta destrucción, hasta que alguien dijo: ¡Tornado!
Lo acontecido esa noche tipifica una tormenta local severa (TLC), con la acción
simultánea de lluvias intensas, inundaciones, fuertes rachas de viento, caída de granizo y el elemento más destructivo: un tornado de gran intensidad. En particular este último provocó enormes pérdidas materiales, cuatro muertos y cerca de 200 heridos. Se formó a las 8:20 p.m. en el Casino Deportivo (Cerro), pasó por Santos Suárez, Calzada de Diez de Octubre, Luyanó, Avenida del Puerto, sur de Regla, reparto Chivas, Berroa, y salió al mar a las 8:46 p.m., ya debilitado, al este de Alamar (Reparto Celimar); después de recorrer por tierra unos 20 km. El área de devastación por donde transitó el vórtice del tornado tuvo un diámetro entre 50 y 350 m, y se movió a una velocidad promedio de 46 km/h. De acuerdo a los daños se confirmó que fue un tornado EF4 con vientos máximos entre 267 y 322 kilómetros por hora, según la escala de Fujita mejorada (INSMET).
Casi al mismo tiempo otro tornado de poca intensidad sorprendió a los habitantes de un barrio de Hialeah en Miami, destruyendo alguna infraestructura y volcando autos. Como en Cuba, se había dado la alarma de tormenta severa, pero sin precisar dónde y cuándo pudiera presentarse un evento extremo.
Es conocido que un tornado normalmente se mueve a gran velocidad y su diámetro es menor de un kilómetro, de modo que su accionar sobre una cuadra o casa apenas dura dos o tres minutos. Este hecho es extremadamente peligroso, pues en tan corto tiempo se desatan fuerzas enormes, que solo podemos evitar si estamos bien protegidos. Eso significa que la salvación depende del conocimiento y la respuesta eficiente ante el peligro.
Con la alta tecnología y el enorme aval científico actual aún no es posible predecir, con la precisión deseable, la ocurrencia de tormentas locales severas, y mucho menos, un evento extremo tal como un tornado o granizada. Por eso es tan importante que los diseños de las obras construidas resistan los embates de los vientos, y a nivel personal, estar preparado para actuar ante todas las circunstancias de peligro. Este asunto es al que se dedican estas páginas, pues en Cuba los tornados son mucho más frecuente de lo que se piensa, y los huracanes provocan tanta o más destrucción, de modo que estas experiencias han de servir de base para prepararnos mejor en el futuro.
Para realizar esta valoración me he aprovechado de las imágenes y reportes disponibles, de modo que agradezco el trabajo de fotógrafos, camarógrafos y periodistas que obtuvieron una evidencia de gran valor. También aprecio la información de gran interés y las observaciones al primer borrador de este trabajo, que me han hecho llegar un grupo de amigos y colegas, aunque asumo la responsabilidad del contenido de estas páginas.
Percepción del riesgo
La primera impresión que se deriva de las imágenes y relatorías de la noche del 27 de enero es que, a pesar de los avisos emitidos por distintos medios, pocas personas se prepararon para un evento extremo y la mayoría continuó con su vida cotidiana. Es probable que ningún poblador de la ciudad haya tenido la más mínima percepción de la amenaza que se acercaba. Este es el más grave peligro a que estamos sometidos.
Por eso es vital estar al tanto de los avisos del Instituto de Meteorología y de la Defensa Civil, y conocer las medidas a tomar ante un peligro previsto como este. Para elevar el nivel de preparación personal existen una serie de materiales docentes y educativos que ofrecen la información necesaria. Cada familia debería disponer de estos materiales y estudiarlos. El caso es que ante el primer indicio de un evento extremo, una persona bien entrenada toma las decisiones adecuadas y salva vidas y recursos.
Veamos pues algunas consideraciones que se derivan de esta experiencia en lo relativo a la infraestructura construida, a las actitudes personales ante el peligro, a los refugios, la preparación preventiva y un recuento de los tornados que han azotado a Cuba en el pasado.
Recuento histórico de algunos tornados
Los tornados y trombas marinas son fenómenos meteorológicos extremadamente peligrosos por tres causas: son prácticamente impredecibles, se forman en pocos minutos y sus trayectorias son erráticas. Se caracterizan además porque en el entorno de sus vórtices tienen una enorme capacidad destructiva, tanto por la intensidad de los vientos como por que llevan una carga de objetos que se constituyen en proyectiles letales.
En Cuba estos pequeños torbellinos ocurren con más frecuencia de la que se presume, casi a todo lo largo del territorio marino y terrestre, aunque en el territorio occidental y central se producen con mayor frecuencia como demuestra la investigación llevada a cabo por Álvarez Escudero y otros (2009).
Según estos autores, entre 1980 y 2013 se presentaron tornados a lo largo de toda la isla. La localidad de Cruces en Cienfuegos es muy peculiar, pues allí confluyen vientos del norte y del sur, de manera que a menudo se observan varios tornados simultáneamente, algunos de los cuales, pero no todos, proyectan sus vértices al suelo. Las trombas marinas son menos comunes y han ocurrido en todas las aguas alrededor de Cuba, aunque se presentan más a menudo al noroeste de la provincia de Matanzas.
Algunos tornados históricos
*Información recopilada de Granma, Radio Reloj, Radio Angulo,
- Tornado de La Habana, 27 de enero, 2019: Provocó enormes pérdidas materiales, cuatro muertos y cerca de 200 heridos. Se formó a las 8:20 p.m. en el Casino Deportivo (Cerro), pasó por Santos Suárez, Calzada de Diez de Octubre, Luyanó, Avenida del Puerto, sur de Regla, reparto Chivas, Berroa, y salió al mar a las 8:46 p.m., ya debilitado, al este de Alamar (Reparto Celimar); después de recorrer por tierra unos 20 km. El área de devastación por donde transitó el vórtice del tornado tuvo un diámetro entre 50 y 350 m, y se movió a una velocidad promedio de 46 km/h. De acuerdo a los daños se confirmó que fue un tornado EF4 con vientos máximos entre 267 y 322 kilómetros por hora, según la escala de Fujita mejorada.
- Tornado en Bejucal, La Habana, 1940: Probablemente tan intenso como en de La Habana, ocurrió el día 26 de diciembre de 1940 y causó 20 muertos, más de 100 heridos y el derrumbe de numerosas casas. Al parecer tuvo un ancho aproximado de 400 metros y alcanzó vientos estimados de 350 kilómetros por hora.
- Tornado Potrerillo, Sancti Spiritus, 2013: Ocurrió en mayo 23 y afectó 39 casas, 4 de ellas totalmente.
- Tornado de Playa Caimito, Mayabeque, 2016: El sábado 2 de julio, un tornado azotó a Playa Caimito y ocasionó 36 heridos, derrumbes totales y parciales de casas así como árboles arrancados de raíz. Este se formó como una tromba marina y entró a tierra posteriormente.
- Tornado de ciudad Camagüey, 2017: Un intenso tornado de corta duración afectó a las 6 y 30 pm del 30 de agosto el centro histórico de la ciudad con vientos estimados entre 110 y 120 kilómetros por hora. Se reportaron 10 viviendas con pérdida total de cubierta, 14 con afectaciones parciales, y daños en los techos de 2 instituciones culturales y 1 gastronómica.
- Tornado en Cueto, Holguín, 2018: Comenzó al final de la tarde del 5 de mayo un tornado en Ramón 7, succionó dos veces a Leonardo Ricardo García y lo trasladó por el aire unos 40 metros. Hubo varios lesionados. También 25 casas fueron afectadas, de ellas 3 destruidas totalmente. A su paso arrancó de raíz árboles de mango, aguacate y coco, y derrumbó el tendido eléctrico. En su recorrido provocó también daños en las viviendas en la carretera de Mayarí y de la Curva.
- Tornados en Ciego de Ávila, 2018: El 25 mayo se reportaron siete tornados. Uno en La Cuba y otro en Jiquimal que afectaron más de 40 hectáreas de plátano. En Baraguá dos viviendas se derrumbaron y otras cuatro quedaron con sus techos destruidos; en La Teresa 16 casas tuvieron afectación total, en Las Marías 14 resultaron dañadas y en Primero de Enero, murió un ciudadano.
- Tornado en Jaguey Grande, Matanzas, 2018: En Abril se desarrolló un tornado con vientos superiores a los 100 kilómetros por hora causando daños en viviendas, el derribo de árboles y el corte del servicio eléctrico. Al filo de las 06.00 de la tarde de este domingo y previo a un fuerte aguacero, el tornado recorrió varias cuadras del barrio San Bernardo, al noreste de esa urbe, arrancando techos de zinc y fibrocemento, derribando árboles y provocando cortes en las líneas eléctricas y telefónicas.
- Tornado en Punta Brava en La Habana, 2018: El 22 abril a las 05.00 pm un tornado de breve duración, con intensos vientos, afecto el poblado de Punta Brava y el barrio Kukine, en el municipio La Lisa. Se reportaron serios daños en los techos de varias viviendas, la caída de árboles y afectación al servicio eléctrico.
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