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Los seis meteoritos que se han encontrado en Cuba

El periodista Orfilio Peláez del diario Granma publicó recientemente un artículo sobre los meteoritos que se han encontrado en Cuba:

Como explica el Doctor en Ciencias Efrén Jaimez Salgado, investigador auxiliar y jefe del Departamento de Geología Ambiental, Geofísica y Riesgos del Instituto de Geofísica y Astronomía (iga), del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, la mayoría de los meteoritos se funden y pulverizan al quemarse por la fricción generada al atravesar las diferentes capas de la atmósfera terrestre.

Pero los que logran llegar a la superficie lo hacen convertidos en verdaderos proyectiles supersónicos, capaces de abrir en algunos casos cráteres con diámetros superiores a los 200 metros.

Si bien la caída de meteoritos es un fenómeno frecuente en el mundo, al partirse en tantos pedazos suelen confundirse con las rocas terrestres y en algunas ocasiones son difíciles de detectar.

En Cuba, refiere el Doctor Efrén, ha podido confirmarse hasta la fecha el hallazgo de seis meteoritos, verificados científicamente mediante análisis químicos y otros procedimientos de laboratorio.

Dicha relación es encabezada por el encontrado en el poblado de Mango Jobo, municipio de San Cristóbal, en la hoy provincia de Artemisa, en 1938. Según precisa el especialista, dicho cuerpo se fragmentó en tres objetos de 1 099, 344 y 162 gramos de peso, respectivamente.

Los tres fueron localizados por el desaparecido arqueólogo cubano doctor René Herrera Fritot y permanecen bajo la custodia del iga. El mayor es exhibido actualmente al público en el Planetario de La Habana, ubicado en el municipio de La Habana Vieja.

Un segundo meteorito fue descubierto en Bacuranao por el ingeniero Arnaldo
Correa, dentro de un lecho arenoso, aproximadamente entre seis y ocho metros de profundidad, a unos 40 metros de la costa, en agosto de 1974.

Al igual que el pedazo antes mencionado, también mostraba el efecto producido por las quemaduras al entrar en contacto con la atmósfera a gran velocidad.

El tercero de la lista tiene la particularidad de ser el único visto caer en pleno día ante los ojos atónitos de unos campesinos, quienes hacían sus faenas agrícolas en la finca Palmarito, a poca distancia del poblado cienfueguero de Santa Isabel de las Lajas, el 10 de junio de 1994. Pesaba alrededor de 400 gramos.

De acuerdo con lo expresado por el Doctor Jaimez Salgado, “los tres restantes son muy parecidos en su composición química, porque contienen una rara aleación de hierro y silíceo, conocida como mineral Perryita, inexistente en la Tierra, por tanto no puede descartarse que hayan formado parte de una misma roca cósmica posteriormente fragmentada”.

Indicó que caracterizado por su notable brillo, el cuarto meteorito fue detectado en la carretera de Calabazar, en el capitalino municipio de Boyeros, en febrero de 1996, por integrantes del grupo Pedro Borrás, de la Sociedad Espeleológica de Cuba. Lo componían dos pequeños pedazos de 117,5 y 14,9 gramos de peso.

“Cierran la relación el encontrado en el barrio conocido como Balcón de La Lisa en el 2001, por un miembro del grupo Cosmos de aficionados a la Astronomía, y el hallado en un campo arado en Güira de Melena, a unos 20 centímetros de profundidad en ese propio año, cuyo descubridor fue un joven astrónomo que lo entregó”.

Es justo resaltar el aporte del ingeniero químico José Antonio Alonso en la certificación de estos tres últimos meteoritos y del profesor y reconocido astrónomo Jorge Pérez Doval, quien publicó los primeros reportes confirmados en la revista Datos Astronómicos para Cuba.

Para el doctor Efrén es casi seguro que en el archipiélago cubano permanezcan sin localizar una cifra indeterminada de rocas procedentes del cosmos. Más allá de la curiosidad que despiertan tales objetos, investigar su condición de mensajeros del espacio y de la vida puede ayudar a develar no pocos misterios referidos al nacimiento del sistema solar, incluida la Tierra.

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