Lam, entre la Jungla
Por: Bárbara Fortes Moya
Wifredo Lam, figura trascendental del surrealismo , quien incorporó a su obra pictórica las raíces de las culturas centroamericanas, falleció el 11 de septiembre de 1982 en París, a los 80 años, a causa de una enfermedad que le mantuvo por algunos años en una silla de ruedas.
Reconocido como el más universal de los pintores cubanos, y considerado por la critica uno de los más relevantes del siglo XX, nació en Sagua la Grande, en 1902.
La tierra natal de Lam fue renombrada en Paris este año, a través de una exposición antológica de 300 piezas de su autoría, que muestran diversos espacios geográficos y culturales.Precisamente, París, ciudad que representó en su retorno a Cuba cuando pintó en su casa Habanera en el barrio de Marianao “La Jungla” constituyó un tiempo fecundo en la sabiduria del pintor uno de los más importantes del pasado siglo.
Nadie como Lam, pudo avivar en el surrealismo a la influencia de las culturas primitivas de Centroamérica pues era una verdadera mezcla de razas, hijo de un comerciante cantonés y por sus venas corría sangre china, por su padre, y africana, europea e india, por su madre
.Lam reafirma su estilo con el enriquecimiento de la cultura afrocubana, y pintó más de un centenar de obras, entre ellas La Jungla.Plasmó su arte en varias exposiciones, por citar algunas, en el Institute of Modern Art de Boston, en la Galería Pierre Matisse, donde La Jungla es presentada por primera vez y fue un detonante.
Extraordinario Cubismo, Surrealismo, y otras características reflejan sus obras como La jungla 1943, La silla 1943,El rey del juguete 1942, Huracán 1944-1946, Mujer sentada 1927, Wifredo Lam, genial pintor reconocido mundialmente. Sagua la Grande, la tierra que le vio nacer, lo recuerda con orgullo, la galería de arte y la plaza que exhibe un mural con algunas de sus obras llevan el nombre del inolvidable y enigmático artista.
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