Estrechar la mano de Fidel
Por: Bárbara Fortes Moya
Marcelino Rodríguez Bouza, es un sagüero, ferroviario de pura cepa, que hace ya más de cincodécadas exhibe con orgullo humilde, en la sala de su casa, la foto que rememora el día en que le confirieron la condición de vanguardia nacional en 1964, de manos de Fidel.
"Una sorpresa muy grande, fue inesperada la presencia de Fidel en el acto, tuve la suerte de hablar con él, inolvidable ese momento. Constituye un orgullo haberle dado la mano a una persona como él, no todos tenemos esa oportunidad. Es un regalo que me dio la vida”.
El líder cubano visitó los talleres para el mantenimiento y reparación de las vías férreas y con la amabilidad característica saludó a todos los trabajadores y directivos
Marcelino, con 83 años de edad, recuerda que trabajaba en el área de mecánica como especialista de frenos de locomotora, de esa gran entidad ferroviaria, encargada de reparación de locomotoras que por los años de explotación de los equipos y por limitaciones de piezas, ha estado afectada, pero el empeño de los trabajadores es esencial y no renuncian a continuar ofreciendo su esfuerzo, por el ferrocarril de carga y pasajeros en Cuba.
Hoy, muy sonriente y feliz, Marcelino expresa con devoción: "lo único que quiero es que Fidel dure muchos años más, con salud y fortaleza”.
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