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A mi Entender

Ciego noqueó a Industriales y Matanzas le ganó a Pinar para empatar semifinal

 Al final, la primera escaramuza entre felinos no fue tan pareja como se pintaba. En la casa de los Tigres, vigentes monarcas de la pelota cubana, los Leones de Industriales apenas pudieron sacar garra antes de capitular este domingo antes del límite, abrumados por una despiadada ofensiva rival y víctimas de sus propios pecados defensivos.

Tan solo una entrada fue suficiente para despejar algunas sospechas, y una de ellas era el grado de fragilidad del pitcheo capitalino. No por gusto el timonel Javier Méndez, minutos antes del lanzamiento de la primera bola, confesó que después de Frank Montieth y Noelvis Entenza, no tenía muy definido como sería el manejo de su pitcheo.

Del otro lado, la cautela no era muy diferente. «Solo puedo confirmar que entre nuestros abridores estarán Vladimir García y Dachel Duquesne. Tanto Alberto Bicet como Lázaro Blanco pueden hacer varias funciones, por eso no puedo adelantar una posible rotación. Queremos ir juego a juego» fueron las palabras del estratega Roger Machado, quien considera ahora a su equipo superior al que condujo hace apenas un año hacia la conquista del cetro.

Ferocidad inesperada

Ni el más optimista de los aficionados locales pensó en un desproporcionado desenlace antes de comenzar el desafío. Todos aquellos que aceptaron compartir su pronóstico con JR dieron a los Tigres avileños como favoritos, pero reconociendo que sería una serie nivelada. Incluso, algunos dejaron margen a las dudas. Nadie adelantó un KO para comenzar la defensa del trono.

Sin embargo, de echar tierra sobre los vaticinios se encargó la artillería local con un despiadado ataque de 21 imparables, del que no escapó ni Montieth –en un principio mal respaldado a la defensa-, ni los otros cinco tiradores que intentaron apagar el rancho.

Por los vencedores, uno de los batazos más largo de la tarde fue firmado por Yorbis Borroto en el octavo capítulo con un compañero a bordo, y sirvió para poner al rival contra las cuerdas. Pero si hubiese que escoger a los líderes del fulminante asalto, sería sin discusión el jardinero José Adolis García, quien pegó cuatro hits en seis turnos. Con tres cañonazos terminó otro trío de Tigres, entre ellos el designado Ariel Borrero, tal vez el más feliz de la tarde.

Si importante fue su aporte, más trascendental para el refuerzo villaclareño resultó la oportunidad de estampar su nombre en el libro de recordistas del béisbol cubano. Lo hizo a la altura del cuarto episodio, cuando llegó a la intermedia con un batazo al jardín derecho, el doble número 411 de su carrera amplia trayectoria sobre los diamantes. «Estoy satisfecho al haber podido llegar a esta cifra, feliz que haya sido con un equipo como el de Ciego de Ávila, con el que he estado en estas dos últimas temporadas y con el que fui campeón el año pasado», comentó el experimentado jugador de 44 años.

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