Era 1941 y la Segunda Guerra Mundial obligaba al éxodo. Exigía marcharse de Europa por vías tan masivas como desesperadas. Francia era el epicentro cultural de la época, pero el ejército nazi entendía poco de arte o actuaba como si entendiera poco. En una de tantas expediciones de intelectuales rumbo a América, coincidieron los pintores, Wifredo Lam, un cubano que retornaba al Caribe y André Masson, un franco-belga en busca de la paz escondida detrás del Atlántico.
Ambos, cuarentones ya asentados en los circuitos del arte europeo, fueron compañeros de un viaje con destino surrealista: la isla de Martinica, en el centro del arco de las Antillas. Por lo mucho en común, el mulato villaclareño y el ario bruselense-parisino debieron conversar durante horas en el trayecto y la estancia. Pero poco se sabe de esa amistad, de esas conversaciones.
Una vida después, a 74 años de aquella travesía, los curadores, José Manuel Noceda y Gilbert Brownstone, intentan develar el misterio con Masson – Lam, diálogos imaginarios,una exposición en la que 44 grabados de André y otros 37 de Wifredo hablarán durante todo un mes.
“A pesar de que no estuve durante 1941 en Martinica, tengo una idea acerca de lo que pudieron charlar Lam y Masson. El primer tema seguramente fue la poesía, porque le encantaba a los dos. Otro debe haber sido el paisaje y la vegetación de esa isla, que inspiró a Lam a realizar su obra maestra, La Jungla, y sirvió de musa para Masson en varias de sus más importantes piezas”, comentó el neoyorquino galerista,Gilbert Brownstone, durante una conferencia de prensa celebrada en el Centro Wilfredo Lam.
Las paredes de dicha institución acogerán la expo que se inaugurará el próximo lunes 19 de octubre a las 5 p.m. y se extenderá hasta el 20 de noviembre. Con una fuerte resaca provocada por los intensos trabajos de la Duodécima Bienal de La Habana, el Centro no acogió exposiciones durante los últimos cuatro meses; ahora reabre las puertas con estos diálogos, con esta enigmática historia, y sobre todo con decenas de espectaculares grabados.
La mayoría de las piezas de Masson que serán presentadas corresponden al periodo entre 1951 y 1972. Pero como “rarezas” de la muestra, destacan dos dibujos “automáticos” originales, pertenecientes a los años 1921 y 1923, etapa más pura del automatismo psíquico, técnica que proponía acrecentar la creatividad del artista a partir de la expresión directa del subconsciente, donde se suponía, debiera dominar lo irracional y los pensamientos se expresaran sin barreras sociales. Ideas propuestas por el poeta francés, André Breton, en el primer manifiesto surrealista y fuertemente influenciadas por el las teorías psicoanalíticas del austriaco, Sigmund Freud.
Tanto Masson como Lam fueron parte del movimiento surrealista, aunque desde perspectivas y épocas diferentes. El europeo integró el núcleo central de esta corriente, siendo fundador y ocupando cargos dentro de varias instituciones creadas en la década del 20. Por el contrario, el cubano se aproxima al movimiento mucho después, hacia el año 1940.
“Lam nunca produjo una militancia férrea y activa, más bien orbitó alrededor de esta corriente artística. Pertenece al llamado «surrealismo periférico», que engloba las influencias del movimiento en países como España, Portugal, y los pertenecientes a América Latina y el Caribe”, explica el especialista en la obra de Wifredo Lam y curador de la expo junto a Gilbert Brownstone, José Manuel Noceda.
La inclusión tardía del villaclareño dentro de las vanguardias, sumada a un cambio radical en sus piezas a partir de finales de la década de 1920, hace pensar en un vínculo cercano entre su obra y la de Masson, que trasciende la corta amistad de 1941. “Después de desarrollar una obra más bien académica y con matices postimpresionistas, existe un corte abrupto en la pintura de Lam en 1929, año en el que se dedica a un surrealismo mimético y ortodoxo. Varios especialistas en la obra del cubano consideran que Masson influyó notablemente en este giro”, añade Noceda.
La mayor parte de las piezas de Lam que serán exhibidas, pertenecen a la etapa entre 1951 y 1974; y a las series de grabado: Imágenes (1962), Apostroph’ Apocalypse(1966), Visible-Invisible (1971) y Pleni Luna (1974). Además, estarán otras independientes, dentro de las que resaltan dos muy peculiares: la que sirvió de base para el cartel del Salón de Mayo de 1967 y la del cartel de una de sus exposiciones personales en Hanover, Alemania, durante 1966.
Así, luego de más de siete décadas, André Masson y Wifredo Lam se reencontrarán. Por coincidencias del destino, una vez más será en el caluroso Caribe. Pero en Cuba, no en Martinica. Y a partir de este 19 de octubre, conversarán otra vez sobre surrealismo, vegetación y poesía. No ellos, sino sus obras.
Las piezas de André Masson pertenecerán al pueblo cubano
Gilbert Brownstone ha sido curador del Museo de Arte Moderno de París, del Centro Georges Pompidou, del Museo Israel en Jerusalén y director del Museo Picasso en Antibes. Además de esa renombrada carrera en el mundo de la plástica, Brownstone, es un activista político que recibió la Medalla por la Amistad, entregada por el Consejo de Estado de la República de Cuba.
Desde esa condición de amigo, el estadounidense ha donadoalrededor de 120 obras al pueblo cubano, de artistas como Marcel Dushamp, Pablo Picasso, Joan Miró y Andy Warhol. En esta oportunidad, entregará 32 piezas de Masson, que serán atesoradas por el Museo Nacional de Bellas Artes, junto a otras 12 donadas por el Comité Masson.
Brownstone es también admirado por su labor en favor de la liberación de los Cinco Héroes cubanos. Incluso, fue una de las pocas personas que pudo visitar a Gerardo Hernándezdurante su injusto castigo en prisión.
Presentarán libro entrevista de Brownstone con Masson
En la conferencia de prensa anunciaron la presentación del libro: André Masson, vagabundo del surrealismo, resultado de las conversaciones entre Gilbert y André durante el año 1968. El texto fue traducido en Cuba y ya se está imprimiendo, confirmó la directora de Artecubano Ediciones, Isabel Pérez Pérez, quien agregó: “es un documento único sobre las interioridades del surrealismo, transmitidas por uno de sus más importantes y contradictorios protagonistas. Estará acompañado por muchas imágenes que forman parte de la exposición y resultan útiles para comprender a este artista, poco visibilizado en nuestro contexto, pero medular dentro de las vanguardias del pasado siglo”.
“Es un texto que recoge todo el pensamiento de André Masson, pero es más bien corto, porque Gilbert siempre ha tenido mente de poeta, dice mucho en poco”, concluyó el director del Centro Wifredo Lam, Jorge Fernández.
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