Tope beisbolero Cuba-Estados Unidos
Por más que me apasione correr el riesgo permanente de los vaticinios, esta vez voy a abstenerme de hacer uno. La razón es sencilla: desconozco a los peloteros estadounidenses que jugarán el tope, y por ende sería poco serio lanzar un presagio sin saber de la misa la media.
Pero algo tendré que escribir, porque el jefe lo exige y el deber profesional lo impone. Así que le propongo una ojeada a cada bando: el de Alfonso Urquiola, un equipo de jugadores polivalentes y peligrosamente desprovisto de poderío ofensivo; y el de Dave Van Horn, una novena colegial que viene de apoyarse en el pitcheo para ganar 18 juegos de preparación con solo tres reveses.
El mentor pinareño sabe que la tendrá difícil. En la escuadra escasean los sluggers, y casi todos sus lanzadores carecen de actuación previa con la casaca de las cuatro letras. Para colmo, ni siquiera gozó de la posibilidad de aclimatar competitivamente al grupo en una lid reciente, como pudo haber sido el tradicional Torneo de Haarlem.
De momento, Urquiola cuenta con 27 atletas de los cuales podría eliminar a tres, una vez que se acuerden los detalles del dual meet con la parte visitante. Con lo que tiene ahora, yo optaría por la siguiente alineación:
CF Roel Santos
SS Yordan Manduley
2B José Miguel Fernández
LF Yadiel Hernández
BD Guillermo Avilés
3B Raúl González
1B Ramón Lunar
C Frank Camilo Morejón
RF Guillermo Heredia
*Aclaración número 1: el usualmente controversial caso de Frank Camilo se justifica con la inexperiencia del staff y, sobre todo, la efectividad de los norteños en el robo de bases (47 aciertos en 60 ocasiones).
*Aclaración número 2: la presencia de un inicialista en el séptimo turno es lo menos ortodoxo del mundo, pero ocurre que el país vive horas bajísimas en la posición.
*Aclaración número 3: personalmente, no perdería de vista la oportunidad de darle responsabilidades a tres Luises: el receptor Castro y los infielders Valdés y Yander la O.
*Aclaración número 4: si William Saavedra y Alexander Ayala hubieran hecho el grado para el tope, mi propuesta de novena titular habría sufrido modificaciones sustanciales.
Eso, en lo que concierne al team Cuba, comprometido con la misión de mejorar la borrosa imagen del año anterior, cuando salió penosamente trasquilado (scores de 2-1, 3-2, 1-0, 3-2 y 5-3) en estadios del Norte. Esta vez, en la trinchera opuesta no estarán los Conforto, Rodon, Turner y demás, pero distintas fuentes consultadas dan razonable fe de la calidad de la plantilla.
Antes de dejarlo con las estadísticas ofensivas y monticulares de los estadounidenses a lo largo de su adiestramiento, lo exhorto a reparar en cinco puntos llamativos dentro de la faena que han desarrollado en su país y Holanda:
-Lo dicho: 47 estafas en 60 intentos generan una colosal preocupación en las baterías adversarias, al punto que todos los jugadores han salido al robo al menos en una ocasión. Y sus catchers han capturado a 10 de 23 aventureros. Nada mal.
-El pitcheo ha sido una joyita, con ocho serpentineros exhibiendo promedios de carreras limpias inferiores a una por encuentro tras cumplir con nueve o más entradas de trabajo.
-La tropa adolece de fuerza en las muñecas (.395 de slugging, 10 jonrones en 23 partidos), pero sale bien parada en materia de average (.285, por .155 de sus contrarios).
-El fildeo (.966) y el contacto (140 ponches) no son precisamente las bazas de triunfo de la escuadra.
-La atención individual en funciones de ataque la concentra el jardinero zurdo Christin Stewart (.391 AVE, 11 dobles, 2 HR, 16 CI, 13 A, .638 SLU), mientras que desde el box, entre varios con sobresaliente desempeño, me quedo con James Kaprielian, un derecho espigado que suma tres victorias sin fracaso, y en 20 capítulos ha permitido apenas nueve indiscutibles (.134 AVE) y una anotación (0.45 PCL). 25 estrucados y cuatro boletos completan su fulgurante rendimiento.
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