Temporada ciclónica y sus vaticinios
A  menos de tres semanas del inicio de la temporada ciclónica del 2014, el  venidero primero de junio, las predicciones emitidas por diferentes  centros meteorológicos foráneos y el de Cuba coinciden en sugerir que el  número de organismos con nombre en la cuenca del Atlántico tropical  será ligeramente inferior al promedio histórico anual, el cual oscila  entre diez y 12 en dependencia de la serie de años que se tomen como  referencia.
La razón fundamental de ese anunciado descenso en la  formación de tormentas tropicales y huracanes en nuestra área geográfica  de interés (incluye también el Golfo de México y el mar Caribe) obedece  a la probable gestación en el océano Pacífico ecuatorial de un nuevo  evento El Niño, que suele ocasionar una fuerte cizalladura vertical del  viento en la altura, limitando de manera considerable el surgimiento y  de¬sarrollo de los ciclones al impedirles concentrar la energía.
Resulta  conveniente mencionar que el pronóstico estacional cubano para  vaticinar el comportamiento de la actividad ciclónica en el Atlántico  fue creado por un equipo de investigadores del Instituto de  Meteorología, conformado por la doctora Maritza Ballester, la doctora  Cecilia González y el doctor Ramón Pérez, y comenzó a emitirse de manera  oficial a partir de 1996.
Como los restantes aplicados en el  mundo, tiene un valor estrictamente científico al poner a prueba cada  año la efectividad de las predicciones, pero al no poder  señalar con  suficiente antelación cuándo y por dónde pasará un huracán, desde el  punto de vista práctico distan aún de ser útiles en el trabajo  operativo.
Más allá de que en la próxima temporada haya en  definitiva una menor cantidad de ciclones tropicales o no, lo esencial  es no bajar la guardia y mantenernos preparados, pues uno solo que surja  y azote al país de manera directa puede ocasionar grandes daños si nos  toma desprevenidos.
(Con información de Orfilio Peláez. Periódico Granma)
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