La corona por unos días
Se acabó la 53 Serie Nacional para Villa Clara, aunque algunos parciales piensan que terminó antes. Oficialmente concluyó su paso el primer día del cuarto mes y lo hizo ante un Matanzas casi sin fisuras. El equipo de Víctor Mesa anda con paso seguro, y va por más como dicen su fanaticada. Debe ir por más, ya fue tercero, ya fue segundo, si mantiene el status de subcampeón habría que llamarlo fracaso. Matanzas está armado para conseguir el título después de tantos esfuerzos rumbo a eso.
La afición villaclareña queda conforme con lo hecho por los actuales campeones nacionales.
El equipo que dejaron en el camino fue una mala copia del mismo que la temporada anterior les negó la corona. Sí, porque poco había del Villa Clara campeón de la 52 en esos que en casa soportaron el nocaout del último choque. Hicieron la heroica los que quedaron, no permitieron les pasaran la escoba cuando todas las flechas apuntaban a eso. Con ellos termina una temporada que no pudo cerrar con un Yulexis La Rosa brillando como titular, ni a un Freddy Asiel que conseguía su primer no hit no run de su vida deportiva. Tampoco se pudo disfrutar de un Ramón Lunar que buscaba un sitio en la primera almohadilla, que ya había gozado de todos los elogios en la Serie del Caribe por ello. Quiso quien quiso que Villa Clara restara y restara esta temporada.
Del lado naranja, la elección de los refuerzos también tuvo su peso. Para la próxima hay que mirar más las estadísticas y menos el espíritu de combatividad que pueda enseñar un atleta en un momento determinado. Villa Clara no tiene jonroneros, y si te dan a escoger alguno, debes hacerlo. Si no solo escribirías sueños en la arena.
Lo otro sería con aquello de los compromisos a priori. Los atletas han de ganarse los puestos por rendimiento, si no, muchas gracias pero el compromiso mayor es con el pueblo. Luego de unos juegos de prueba, algunos refuerzos debieron trocarse. Si existe la reglamentación hay que aprovecharla.
La derrota que es huérfana no lo es tanto hoy. Villa Clara murió de lo que padeció toda la temporada: fiebre del relevo. Más allá de si la principal carta de lanzamiento estaba o no en las filas, el pitcheo relevista villaclareño estuvo en crisis desde la primera salida.
A Matanzas la certeza de que jugó mejor, a Villa Clara la certeza de que pese a todo no lo hizo tan mal. Queda la televisión para ver quién termina por reclamar la corona, que disfrutarán los de naranja solo por unos días más.
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