EL PRIMER CUARTETO DE MEME SOLÍS FUE SANTACLAREÑO
Osiris Aguilar Valdés fue una de las integrantes del primer cuarteto de Meme Solís, creado en Santa Clara en 1956, agrupación que nunca ha sido citada en ningún recuento de la trayectoria musical cubana, ni en el itinerario particular de este importante músico, que empezó en esta ciudad su fructífera carrera artística; he aquí algunos recuerdos de Osiris sobre aquella etapa fundacional.
Comencé en cuarteto de Meme Solís por más de un motivo. Yo había perdido a un ser muy querido, mi primer novio, y eso me retrajo en mis estudios, me sentía muy sentimental. Por otra parte, en ese momento la situación estaba muy convulsa, participaba, junto a mis hermanos, en todas las protestas estudiantiles, mi mamá se asustó, se cansó de las quejas y requerimientos y me alejó de los estudios.
Un día una amiga me animó a ir a La Habana y presentarnos a las pruebas para ingresar en la Escuela Normal para Maestros, estaba decidiendo mi camino por allá cuando se produce el desembarco del Granma, mi padre me hizo regresar a Santa Clara preocupado por la compleja situación en el país. Ya en mi ciudad de nuevo, me puse a estudiar inglés y dar clases de mecanografía, siempre vinculada a la lucha revolucionaria, integré entonces una cédula del Movimiento 26 de Julio.
En el ámbito de la música comenzaban a organizarse agrupaciones vocales, Tomás González, quien luego fue un destacado dramaturgo, y que en aquellos momentos era novio de mi hermana, organizó un cuarteto, pensó primero hacerlo con muchachas, al final lo integró solo por muchachos, es este el momento que a Meme se le ocurre armar un cuarteto pero solo con mujeres; estábamos a principio del año 1957.
Mi hermana iba a formar parte de la agrupación, pero al parecer hubo algún inconveniente por parte de Tomás, y me vienen a ver a mí. Siempre me gustó cantar pero no lo había pensado en serio, pero me embullaron y me decidí.
Cuando llego donde está Meme quedé muy sorprendida, él me dijo rápidamente: quiero que cantes una canción. Canté y quedó complacido, dijo que cantaba muy bien, que tenía una voz preciosa y que era la persona idónea. El cuarteto lo completaban Lila García, Bilín Cabrisas y Francis Domenech.
Comenzamos los ensayos, creo que era por su casa, en la calle San Mateo. Empezaron enseguida las presentaciones en el cabaret, actuamos en el Venecia, uno de los centros nocturnos más importantes de aquella época en Cuba. Pero el ambiente social se había caldeado demasiado, al extremo que, una noche, en que nos presentábamos en el teatro Silva tuvimos que terminar con los acomodadores alumbrándonos con las linternas porque habían puesto una bomba en la esquina.
Nosotros nos movíamos en el carro de la prensa y otra noche cuando íbamos para el Venecia, al pasar cerca del cementerio nos tiraron una piedra que rompió el parabrisas. Pensé que mis compañeros de acción no sabían que yo iba en aquel automóvil, porque los integrantes de una cédula no conocían a los de las otras.
Con el cuarteto montamos varias canciones como Profecía, La Gloria eres tú, Vereda tropical. Una de las muchachas, Lila García, era muy alegre y montamos otras más movidas, recuerdo a El cumbanchero.
Yo era la que hacía la disonancia del grupo, aunque me costaba aprenderme las letras de las canciones, Meme me exigía mucho, pero de él solo puedo decir que era una persona maravillosa, de grandes sentimientos, además de un músico extraordinario que nos sabía enseñar. Acompañaba a todos los artistas importantes que venían a Santa Clara, aun siendo muy joven.
Después de varios meses de presentaciones una de las integrantes se fue y entró la hermana de Francis Domenech, luego mi hermana, pero ese grupo no fructificó como cuarteto; es cuando Meme nos plantea que había tomado la determinación de ir para La Habana. Sucedió entonces que nuestros padres no nos dieron la autorización, a ninguna de las integrantes, para irnos. En mi caso, pues ya había priorizado la lucha revolucionaria y no estaba dispuesta a dejarla atrás.
Fue una época muy rápida, pero, sin dudas, este fue el primer cuarteto que tuvo Meme Solís, él lo disfrutaba plenamente, se escogían trajes lindísimos, le ponía mucho interés; fue su primera ilusión materializada. Tal vez si la época hubiera sido distinta nos hubiéramos ido con él para La Habana. Me duele que no se reconozcan estos inicios.
Después del triunfo de la Revolución me gradué de maestra y alfabeticé en una zona de la Sierra Maestra, luego me designaron como Asesora Técnica de las Brigadas Conrado Benítez. De regreso a Santa Clara trabajé durante siete años en el Instituto de Derecho Musical, después estuve un tiempo como militar. De nuevo en la vida civil volví a acercarme al mundo cultural y me gradué como redactora de notas y directora de programas musicales en la radio, trabajé 4 años en CMHA, Onda Musical, y en CMHW.
Es interesante y sugerente lo de la radio, pues cuando apenas tenía 8 años me presenté en un programa, precisamente en CMHI, en el espacio Buscando Estrellas que conducía el conocido director y animador Nelo Évora Valdés, yo no iba a participar, fue acompañando a mis hermanas, pero ellas no quisieron, me lo propusieron a mí y gané ese día.
En CMHW estuve durante treinta años hasta que me jubilé; otra pérdida familiar me afectó demasiado y decidí descansar.
Me acuerdo mucho a Meme, también él siempre siguió acordándose de mí, me mandaba saludos, pero la vida nos separó. Quisiera volver a verlo, saludarlo. Guardo una buena imagen de él.
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