La Cumbre coloreó de amor y solidaridad a América

Al matrimonio de Luis Jorge Mestre y Nery Mildestein Rey, les corre por sus venas la Revolución y el Magisterio. A estos sagüeros obvian  las dificultades y obstáculos, y con una sonrisa emanada del corazón y palabras contundentes dicen al unísono, que estarán siempre al lado de las causas justas.

Acerca de la repercusión de la II Cumbre de la CELAC, con verbo sentido aseveran que:"Es un gran paso de avance y constituye orgullo para los que amamos esta tierra, por haber sido sede de este encuentro, aquí en la Cuba de hoy. que se pinta nuevamente de solidaridad para irradiarla a toda América".

 Luis reflexiona que asistieron más presidentes a la II cumbre de la CELAC, que a la Iberoamericana ¿por qué será?. La respuesta es obvia, lealtad  y firmeza  en los preceptos que se formularon  con la luz que irradia ese gran hombre que está muy presente, Hugo Chávez, el  líder histórico Fidel y a quién siempre soñó como Bolívar, en una América nuestra, hermanada con lazos de sangre,José Martí.

La unidad de los pueblos por encima de todo, para hacer realidad el legado del Apóstol, para que los pueblos de América puedan andar unidos,ya los pobres perdieron el miedo al Imperio, acotó este ferviente revolucionaio.

"Es nuestra Cumbre" dice emocionada Nery, para levantarnos cada día con la dignidad plena del hombre, como lo soñó el Apóstol." Nos embarga la felicidad de vivir aquí , y al igual  que respondimos al llamado de iluminar las montañas de la Sierra Maestra  con libretas y lápices, hoy nos sentimos protagonistas de este suceso histórico, Cuba se encumbró una vez más".

B.Fortes