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A mi Entender

Multiplicadas luces del Maestro


Las calles de La Habana se vistieron anoche con los colores del fuego. Sus jóvenes llevaban las antorchas en la mano; y en el corazón, un puñado de motivos con que legitimar las ideas del Apóstol, en cada paso hasta la Fragua Martiana.

Junto a los estudiantes estaba el General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, así como miembros del Buró Político y del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, acompañados de los líderes latinoamericanos de Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Uruguay, Antigua y Barbuda, Guyana, Haití y San Vicente y las Granadinas.

   
Allí se encontraban también los delegados al Consejo Nacional de la FEU que sesionó hasta ayer en la capital y el Héroe de la Re-pública de Cuba René González. Los participantes recordaron a los jóvenes de la Generación del Centenario, que en 1953 celebraron el natalicio de José Martí en recorrido similar; antes de iniciar la marcha, y ese mismo año asaltaron el Cuartel Moncada y el Carlos Manuel de Céspedes.

«Marchemos porque la historia no ha convertido en ídolos de piedra a nuestros héroes, porque continúan guiándonos por los caminos necesarios y verdaderos de la unidad y la integración», fue el llamado, antes de iniciar la marcha, de Yosvani Montano Garrido, presidente nacional de la Federación Estudiantil Universitaria.

Frente a la imponente e histórica Universidad de La Habana se escuchó La Era, de Silvio Rodríguez, en las voces de Omara Portuondo, la diva del Buena Vista Social Club, y de la popular Laritza Bacallao.

De la Colina Universitaria salieron los caminantes. Miles de jóvenes enardecidos le invocaron con frases y banderas. En sus alrededores las imágenes de hombres que vivieron por devolverle a la América Latina su memoria usurpada: el Che y Hugo Chávez.

«Se oye, se siente, Chávez está presente», gritaban los estudiantes como Rachel Tamayo, de décimo grado, quien respondió segura sobre las ideas del Maestro: «Cada llama que se prende es un corazón para el que Martí sigue vivo y está multiplicado».

Para José Miguel, estudiante de quinto año de la carrera de Historia la mayor significación de este desfile es en el momento en que se desarrolla. «Por primera vez Cuba es escenario de una reunión con tantos presidentes latinoamericanos, y eso significa mucho para Amé-rica Latina y el mundo. Estamos hablando de integración, de solidaridad, de una sola América, y esos eran los sueños de Martí».

Por la calle San Lázaro continuó el recorrido hasta la Fragua Martiana, un sitio de encuentro con la historia, donde José Martí sufrió prisión injusta siendo apenas un adolescente. Allí los mandatarios rindieron homenaje al Apóstol y en nombre de los jóvenes cubanos, Raúl Castro y el presidente nacional de la FEU depositaron una ofrenda floral.

El mar de luces cerró con los colores de 55 banderas cubanas. Parecía que fue ayer cuando Fidel dijera: «¡Cuba, qué sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol!»

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