Enfermería: pureza de corazón
Bárbara Fortes
Tras un diagnóstico médico está la mano imprescindible de una enfermera o enfermero, bien lo saben los pacientes que reciben tratamiento de hemodiálisis en el Hospital Docente Mártires del 9 de Abril, de Sagua la Grande.
Junto al paciente aquejado de una grave afección renal, le atiende con cariño y profesionalidad la Licenciada en Enfermería Beatriz Flores Muñiz, quien ejerce la profesión desde 1995.y expresa :“Hay enfermos que por muchos años, incluso, requieren de este servicio de salud para sobrevivir y ya los vemos como una familia”.
Al preguntarle al enfermo,qué opinión refiere del trato que recibe, responde con una sola palabra, "Excelente",con una parte esencial para sentirme mucho mejor.
Graduada de enfermera,Flores inicia su labor en la sala de Pediatría del referido centro asistencial, donde se mantuvo durante 9 años. Esta etapa marcó la marcó profundamente porque los niños son muy cariñosos, ves su recuperación, eso lo hace sentir muy bien a una.
Pero al solicitar el apoyo del personal para la apertura del servicio de Nefrología y Diálisis, en Sagua la Grande, responde y se capacita para trabajar como enfermera en la sala de esta especialidad, en la que se mantiene desde su inauguración.
Al preguntarle, acerca de los requisitos para ser una buena profesional responde con precisión:”Ante todo hay que ser muy sensible, saber que cada paciente necesita de ti, por lo que hay que brindarles ante todo amor”
Y señala que es una profesión que requiere de un dominio y habilidades, la superación perenne, son factores que contribuyen a hacer una buena profesional de enfermería.
Actualmente en la sala son atendidos unos 39 paciente con insuficiencia renal, quienes reciben tratamiento en sesiones de 4 horas, en días alternos, y resulta necesaria la permanencia constante del personal de enfermería en el cubículo, atento a cualquier complicación que pueda presentarse a los enfermos.
¿Consideras que ser enfermera te ha ayudado a crecer como ser humano?
Esta es una profesión que satisface desde todo punto de vista, es gratificante ver cómo los pacientes te recuerdan y saludan con cariño y afecto. Me siento realizada con mi trabajo y por supuesto ha contribuido a ser mejor persona.
Me despido de esta joven enfermera, que siente pasión por la labor hace, sabe que de su dedicación y esmero depende la vida de muchos pacientes, ejemplo de amor por su profesión y así enarbolar por siempre la pureza, como la identifica el color blanco de su uniforme.
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Yhosvany Sosa -