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A mi Entender

El Che en su “Diario de un combatiente”

14 Junio 2011
Diario de un Combatiente, de Ernesto Che Guevara

Diario de un Combatiente, de Ernesto Che Guevara

Gracias a la cortesía de la editorial OceanSur, Cubadebate pone a disposición de sus lectores la Nota editorial del Centro de Estudios Che Guevara y el Prólogo de Armando Hart al libro inédito Diario de un combatiente, de Ernesto Che Guevara, que se presenta hoy martes 14 de junio, a las 10:00 a.m. en el Centro de Prensa Internacional (Calle 23 esquina a O, Vedado, La Habana), como parte de las actividades por el X aniversario del Proyecto Editorial Che Guevara, difundido por las editoriales Ocean Sur y Ocean Press, en asociación con el Centro de Estudios Che Guevara.

Nota editorial

El proyecto editorial de la obra del Che ha sido uno de los aportes más importantes desarrollados por el Centro de Estudios Che Guevara en su objetivo esencial de investigar, estudiar y divulgar el legado teórico y práctico que dejara el Che a lo largo de su breve pero fructífera vida de revolucionario por vocación y elección propias.

El presente libro, inédito como totalidad hasta ahora, forma parte de una escritura emblemática de la obra del Che porque siempre, desde su primera juventud, tuvo necesidad de plasmar sus vivencias personales de forma directa e inmediata a través de diarios, algunos de los cuales reúnen memorias de viaje y otros, como el que se publica, vinculado a sus acciones revolucionarias y de alto valor histórico por reflejar, no solo el papel que individualmente desempeñara, sino además por la síntesis de pensamiento que entraña recoger momentos irrepetibles de la lucha armada en Cuba, desde la llegada del yate Granma a nuestras costas el 2 de diciembre de 1956 hasta el triunfo revolucionario el 1ro. de enero de 1959, con el respeto que a su juicio merece tenerlo en cuenta para la memoria histórica de nuestros pueblos.

El Diario de un combatiente, como así lo titulara el propio Che, acerca al lector a esas primeras vivencias que va adquiriendo de la realidad cubana, de su cultura, identidad y de su realidad política, que aun cuando pasen por una línea subjetiva y parcial en sus primeros momentos al no dominar en toda su magnitud esa realidad, la manera en que plasma los acontecimientos y el perfil de la gama de personajes que brotan de sus páginas, expresa con total exactitud el respeto y la entrega por el compromiso adquirido en aras de contribuir a la liberación del pueblo cubano.

En sus páginas se encuentra el estilo sintético, a veces irónico, sencillo pero a la vez preciso y por sobre todo el apego a la verdad histórica, más allá de que se pueda estar o no de acuerdo con algunas observaciones o afirmaciones, las que a su vez van cobrando un mayor relieve y hondura en la medida que él mismo conoce e indaga sobre nuestra realidad y entorno y su visión analítica se complejiza y se vuelve cada vez más comprometida con la causa que defiende. Incluso, en un texto tan personal e íntimo, no aflora, excepto en algunos detalles, su condición de extranjero, porque sus apreciaciones no están encaminadas a comparaciones de esa índole, lo que fuera reciprocado por los combatientes cubanos cuando en una ocasión se perdiera en el monte y al llegar al campamento sintiera desde su yo más profundo que: «La gente me recibió con un aplauso espontáneo [...]. El recibimiento de todos fue muy afectuoso».

Las breves anotaciones, como afirmara en algún momento, son notas muy escuetas para su uso personal al no tener tiempo en aquellos momentos de desarrollarlas, sin embargo a través de los detalles narrados sobre la vida en campaña, los combates o simples escaramuzas, así como la tragedia de la muerte ante compañeros caídos, se respira un aire de verdad histórica como instara, en el Prólogo que escribiera en Pasajes de la guerra revolucionaria, a todo el que se decidiera a escribir sobre sucesos en los que llegó a participar.

Las pequeñas libretas en que escribió el Diario… constituyeron la base nutricia para la redacción posterior de los mundialmente conocidosPasajes de la guerra revolucionaria, los que sin dudas constituyen un punto de inflexión en su estilo narrativo y de madurez intelectual y política. Aunque estas no fueran las razones por las que el Diario… no se hubiera editado con anterioridad, influyeron de una manera u otra, porque a ello se suman razones aún no esclarecidas sobre versiones que explican la falta de algunas libretas y el porqué en los archivos del Centro de Estudios Che Guevara no se cuenta con la totalidad de los cuadernillos. Esa ausencia marcó una decisión que se ha extendido a nuestros días, a pesar de que se han publicado fragmentariamente algunas partes del Diario… por otras instituciones.

Una vez más, en esta labor editorial desempeñada por el Centro, la agudeza de Fidel al publicar recientemente una parte de sus memorias de la guerra, responsabilizándose por una «historia rigurosa de los acontecimientos» en su condición de conductor y jefe, nos conminó a revalorizar la publicación del Diario…, aun cuando faltan, como se ha expuesto, algunas de sus partes.

Se sometió a una revisión exhaustiva y se utilizaron libros surgidos de investigaciones de época que registran nombres y lugares precisos, con el objetivo de rectificar errores o imprecisiones cometidas por el Che, sobre todo en los primeros tiempos, como consecuencia de su desconocimiento de la geografía de las zonas en que se desenvolvieron los acontecimientos que se narran, así como nombres de combatientes y fechas en los que también existen fallas.

A pesar de posibles errores que no se hayan detectado en esta primera edición y la ausencia de páginas importantes, lo que constituyen un reto para futuras investigaciones, se trataron de suplir a través de notas y documentos históricos como una guía instrumental y de motivación para todo el que, desde una visión contemporánea, desee acercarse al significado real de una gesta que comenzó el 5 de diciembre de 1956 con su «bautismo de fuego» al decir del Che en su relato «Alegría de Pío», y que se extiende a las prolegómenos del triunfo, cuando el 26 de mayo de 1958 en un parte de guerra sobre la situación militar en Las Mercedes, Fidel escribiera: «En el ideal de la Revolución siguen viviendo los que han caído y seguirían viviendo todos los que caigan».

Centro de Estudios Che Guevara

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