Vacunación antipolio, para felicidad de todos

Bárbara Fortes Moya


En la sexagésima campaña de vacunación antipolio recibieron la dosis oral 1 843 niños de Sagua la  Grande, para un 97,7 %, quienes no tendrán que sufrir las consecuencias de este terrible mal que tantas muertes y discapacidades  ocasiona todavía en el mundo.

Los menores comprendidos entre un mes de nacido hasta los 2 años, 11 meses y 29 días y a los niños de nueve años cumplidos,se les administró una dosis de reactivación del inmunógeno.

 Durante  la presente  semana  serán inmunizados los infantes a los que no pudo suministrárseles las goticas orales ,por razones muy justificadas,como vómitos, fiebre entre otros síntomas, apuntó la licenciada Damarys Raymundo, vice diectora de la Unidad de Higiene y Epidemiología en el municipio.

Varios puestos de vacunación  se ubicaron en los diferentes consejos populares de Sagua la Grande y en consultorios médicos, que  cumplimentan las normas y protección establecidas por los protocolos vigentes para evitar aglomeraciones por los efectos de la Covid 19.

Actualmente el esquema de inmunización está bien estructurado en los consultorios médicos, la enfermera se encarga de que cada menor reciba sus goticas milagrosas para la felicidad de todos.

DE LA CAMPAÑAS DE VACUNACIÓN ANTIPOLIO EN CUBA

Muchos niños y jóvenes  contrajeron la poliomielitis, a poco tiempo de  que iniciaran las masivas campañas de vacunación, que hicieron posible la erradicación de la enfermedad en Cuba, al reportarse el último caso en mayo de 1962.

En esa etapa los Comités de Defensa de la Revolución, de conjunto con Salud Pública, iban casa por casa para suministrar vía oral a los pequeños, la vacuna, principal
arma para erradicar la polio.

Los años  han transcurrido y es común ver cómo los menores son inmunizados .No importa lo que tenga que desembolsar el estado cubano para este noble empeño, en medio incluso de la pandemia del Coronavirus.

HISTORIA DE LA VACUNA ANTIPOLIOMIÉLITICA

La primera vacuna contra la enfermedad elaborada con una dosis desactivada, es decir, muerta del virus la desarrolló el Dr. Jonas Salk e introducida en 1955. Y una segunda, que emplea una cepa viva del virus atenuada, creada en 1961 por el Dr. Albert Sabin.