Ciego de Ávila está de regreso a la segunda ronda en las temporadas cubanas de béisbol. El equipo de pelota más estable en los últimos años consiguió ayer su victoria número 22 y con esa cifra de éxitos es prácticamente imposible, quedando cuatro subseries, que no esté en la etapa complementaria de la lid.
Los Tigres hundieron en casi en un pantano a los bicampeones de Granma, que con 19 derrotas prácticamente no pueden perder más en los 12 desafíos que le restan, pues si con 22 triunfos un conjunto está prácticamente de lleno entre los ocho para continuar con aspiraciones a seguir en competencia, con 22 reveses sería muy difícil mantenerse con vida.
Ocho carreras en el capítulo ocho, donde fueron a la caja de bateo todos los avileños del lineup, decretaron el KO de los Tigres a los Alazanes. En un lance muy fácil con las bases llenas, el lanzador Luis Danilo Pérez cometió error y le abrió las puertas a dos anotaciones que abrieron, además del marcador, las compuertas para el tsunami de carreras de los tigres.
En esa entrada, Osvaldo Vázquez pegó su segundo cuadrangular del choque, con el cual redondeó el paquete de síes impulsadas de las 11 anotadas por su equipo y celebró por todo lo alto su regreso a la alineación de los líderes. Otro que tuvo un retorno feliz fue Yorbis Borroto al estrenarse en la campaña con balance de 4-3 con el madero.
La noche en el José R. Cepero fue testigo, además, de un recital defensivo de Yoelkis Céspedes en el jardín central, lo mejor de los perdedores, que ahora están obligados a sacar provecho de su próximo enfrentamiento, a partir del domingo, frente a al sotanero Matanzas. Si no logran barrer a los yumurinos, estarían virtualmente fuera del área que en esta Serie da cobertura a los clasificados.
Y mientras se consolidaban los felinos en sus predios, los cachorros de Holguín hacían lo mismo ante Santiago de Cuba, con un Maikel Cáceres intratable al registrar actuación ofensiva de dos jits en cuatro turnos, con jonrón de tres carreras y una anotada.
Los holguineros han vestido de lujo a la 58 Serie Nacional y son dueños de la segunda silla de la lid, compartida ahora con los Industriales.
A nuestro modo de ver fue la del Latinoamericano la subserie más disfrutada por la afición y claro que no fue por la victoria de Industriales en dos de los tres juegos frente a Las Tunas, sino por la manera en que se entregaron ambas novenas. Azules y Leñadores jugaron una pelota caliente, como si estuviera discutiendo el campeonato en cada noche, en cada lanzamiento o en cada jugada.
Ya en la pasada contienda los aficionados se enamoraron del béisbol que juegan los tuneros, porque es justamente el que se había perdido en nuestros clásicos de las bolas y los strikes. Hoy, en la actual campaña, siguen conquistando, porque no dejan de pelear en un solo ininng. Tampoco tengo dudas de que volverán a ser uno de los animadores de la venidera etapa, para el bien del pasatiempo nacional.
Ayer en el coloso del Cerro hubo carreras en 10 de las 17 entradas que se jugaron, fue un verdadero cachumbambé de combatividad por parte de ambos conjuntos. También hubo disertación defensiva del jardinero azul Yosvani Peñalver, incluyendo un engarce de leyenda que fue anulado por un walk. Lo paradójico con esas escenas al campo fue que su equipo se reafirmó como el que más mal defiende en el campeonato, al cometer cuatro errores.
Y en esta aguerrida manera de jugar que llena los sentimientos de las tribunas mucho tienen que ver dos de los mentores, que se parecen mucho a sus jugadores en la manera de enfrentar el duelo: Rey Vicente Anglada y Pablo Civil.
En definitiva tres cuadrangulares, dos de ellos seguidos, de Yosvani Peñalver y de Rudy Reyes, y el otro de Wilfredo Aroche, le dieron las carreras nueve, diez y once, respectivamente, y salvaron a los de la capital, pues los visitantes, con esa buena costumbre de atacar hasta el final anotaron una en el noveno y llegaron a tener empate en tercera y la ventaja en primera.
De la jornada es significativo que dos de los rezagados, Cienfuegos y Pinar del Río culminaron la víspera barridas sobre Guantánamo, que anda por cinco derrotas consecutivas, y Villa Clara, que perdió su tercer juego al hilo. Ojo, porque los pinareños que llevan cuatro sonrisas una detrás de otra, se han puesto a tres juegos de la octava plaza, es decir, se han acercado a la zona de esperanzas. Y cuidado, porque tiene uniforme verde y son Vegueros.
0 comentarios