La familia Viota Coll y la meteorología
Por: Bárbara Fortes Moya
El 5 de abril de 1965 abría sus puertas la primera estación meteorológica 338 de Sagua, ubicada en la escuela secundaria básica Máximo Gómez, de la ciudad, su fundadora Marta Viota Coll.
" Alli permanecimos por 11 años junto a un extraordinario colectivo, muchos ya no están, como José Antonio Díaz, Jorge Teherán, pero los recuerdo con gran cariño".
En 1976 se traslada a la carretera de Uvero, con mejores condiciones y transformada en una verdadera estación. "Prácticamente más de lamitad de mi vida la pasé entre barómetros y termómetros y otros instrumentos de medición para registrar las variables meteorológicas".
La Tormenta del siglo en el mes de marzo de 1993, los ciclones Lily y Michelle, tormentas de verano, tantos eventos meterológicos que Marta recuerda paradójicamente con agrado porque le permitían desarrollar los conocimientos de la Meteorología.
"Hacer una observación meteológica es lo más lindo que hay mediante modelos sobre la base de números".
--En aquel entonces la estación no estaba automatizada y me imagino que el trabajo era más difícil ....
Antes se transmitía por radio, habia un horario para la transmisión de CLX 52 del bloque del Caribe, estrictas normas técnicas.
Después del paso del ciclón Flora, hicieron una convocatoria y aprobó y se gradúa como Meteoróloga. Recuerda que debutó con un ciclón en 1964 en Pinar del Río.
Su hermana Juana del Carmen Viota Coll, también se sintió motivada por la Meterología.
"Siempre me gustó la Geografía, y me enamoré de la Meterología, aunque hace 25 años que no trabajo, tuve que jubilarme por problemas de enfermedad pero recuerdo con mucho agrado mi época laboral. Eran tiempos difíciles pero tenía extraordinarios compañeros. Llegamos a ser Colectivo Vanguardia Nacional por muchos años".
--Qué es lo que más le impactó durante los años de observadora meteorológica?
La Tormenta del Siglo, en 1993, con vientos máximos de 152 kilómetros por hora, fue impresionanate, duró poco tiempo, pero inolvidable.
Estudiar las nubes es maravilloso, las del tipo cúmulo nimbo, son las más interesantes para mi y tienen que ver con la formación de las tormentas.
Es un trabajo muy sacrificado, turnos de 24 horas y las observaciones se realizan cada tres horas para registrar las variables, como la velocidad del viento, presión atmosférica, lluvia.
Ahora la nueva estación en la carretera a Quemado de Guines está automatizada y trasnmiten las variables para confeccionar los pronósticos vía e mail o correo eléctronico a la provincia.
Allí labora como observador meterológico Alberto Machado Coll, quien ya acumula 23 años de labor. Se formó en curso de observador meterológico y superación en Santa Clara y Casa Blanca en La Habana.
--Qué es lo más te gusta de tu trabajo?
Estar en medio de una turbonada de verano, que se forman de ahora para ahorita. Tuve la experiencia del Llily, Michelle, ahora Irma, trabajamos todos muy unidos.
--De los instrumentos, alguno preferido?
Sí, el que mide la velocidad del viento.
Pienso continuar aqui hasta que me llegue la hora de jubilarme. Ahora ya tengo 48 años.
Con palabras sentidas expresa: "Trabajar con mi tía significó mucho para mi, porque lo que sé se lo debo a ella, por su amplia experiencia y también a mi madre".
Me despido de una familia entregada a la Meteología, la continuidad es Albertico, observador de la estación 338 de Sagua la Grande...Felicidades a quienes contribuyen a preservar vidas humanas en una profesión sacrificada e imprescindible.
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