Cuba espera la aprobación del Centro para el Control de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), para realizar un ensayo clínico con el medicamento NeuroEpo, desarrollado por instituciones científicas de la isla, en busca de un tratamiento más efectivo para mejorar la calidad de vida de los enfermos de Alzheimer* y reducir la severidad de sus manifestaciones.
Así lo explica Jorge J. Llibre Guerra, máster en Ciencias de la Unidad de Investigación en Trastornos Cognitivos y del Comportamiento, del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, en las que precisa:
“La Enfermedad de Alzheimer se produce por el depósito de proteínas anómalas (p-tau y b-Amiloide42) en nuestros cerebros. El uso de NeuroEpo no ha demostrado que pueda eliminar estas proteínas, pero por su efecto neuroprotector esperamos sea capaz de retrasar el depósito de las mismas, logrando así disminuir la velocidad de progresión de la enfermedad y la severidad de sus manifestaciones clínicas. Numerosos expertos a nivel internacional y nacional han señalado que retrasar la enfermedad disminuiría significativamente el número de personas con alzheimer, así como los costos económicos y sociales asociados a la enfermedad”.
El ensayo, con la participación del Centro de Inmunología Molecular (entidad que ha desarrollado el medicamento) y la Unidad de Trastornos Cognitivos del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, comenzará en pacientes en estadios iniciales de la Enfermedad de Alzheimer y se utilizará el NeuroEpo por vía intranasal. Vale aclarar que en fases experimentales ha demostrado tener un efecto neuroprotector.
Según el especialista, se unirá a este esfuerzo la Unidad de Trastornos Cognitivos de Artemisa, que con el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, serán los sitios clínicos que aplicarán este tratamiento y darán seguimiento a los pacientes.
Datos aportados por la Organización Mundial de la Salud recuerdan que la demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento e incapacita para realizar las actividades de la vida diaria. “Aunque afecta principalmente a las personas mayores, no constituye una consecuencia normal del envejecimiento”.
Destaca el documento que en el mundo entero hay unos 47,5 millones de personas que padecen demencia, y cada año se registran 7,7 millones de nuevos casos. “La enfermedad de Alzheimer, que es la causa de demencia más común, acapara entre un 60 y 70 por ciento de los pacientes diagnosticados”, y tiene un gran impacto físico, psicológico, social y económico en los cuidadores, las familias y la sociedad.
Desde hace muchos años los científicos encaminan sus estudios a posibles génesis como el daño neurológico, las deficiencias químicas, anormalidades genéticas, virus, tóxicos ambientales y disfuncionamiento en el sistema de inmunodeficiencia. Entre los síntomas son apreciables pérdida en las habilidades del lenguaje -dificultad para encontrar palabras-, problemas en el pensamiento abstracto, desorientación en tiempo y espacio, juicio pobre, trastornos de conducta y personalidad.
Aseguran algunos especialistas que la muerte de un aquejado de Alzheimer no puede ser pronosticada, sino hasta estados muy avanzados. Es común que los pacientes en fase terminal de la dolencia pierdan peso, tengan dificultad al tragar, al caminar y al hablar, así como incontinencia urinaria y fecal. Acostados pueden adoptar una posición fetal y fallecen ante frecuentes y repetidas infecciones urinarias o broncopulmonares.
* La describió por vez primera el neuropatólogo alemán Alois Alzheimer, en 1906.
(Con información de Bohemia)
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