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A mi Entender

El espíritu vivo de la crónica

La segunda edición del proyecto Sin la espuma del olvido, dedicado a la crónica, de desarrolló con éxito en la Uneac

(Foto: Francisnet Díaz Rondón)
Francisnet Díaz Rondón

La idea de reunir a varios escritores y periodistas en torno a la crónica ha sido una experiencia que debe repetirse más a menudo. Gracias a la segunda edición, o capítulo titulado «Cronistas crónicos», del proyecto Sin la espuma del olvido, organizado por Ricardo Riverón Rojas y auspiciado por la Uneac de Villa Clara, varios autores de peso regalaron durante dos días piezas literarias o periodísticas (la definición no es lo importante) que demuestran la calidad y valor del género dentro de la Isla.  

 Cada cronista leyó tres textos propios, de los cuales el público marcaba su favorito en las boletas de votación. Al final, quedó una recopilación con las obras escogidas de los autores que, sin duda, será una joya casi de culto y hasta objeto de estudio para futuros literatos. 

Y cómo no ha de serlo con firmas como las de Luis Sexto, Laidi Fernández de Juan, Sigfredo Ariel, José (Pepe) Alejandro Rodríguez, Eduardo del Llano, José Antonio Fulgueiras, Yamil Díaz, Jorge Fernández Era, Alberto González Rivero, Alexis Castañeda Pérez de Alejo, Omar Valiño, Lorenzo Lunar, Amador Hernández, Reinaldo Cedeño, Michel Contreras, el propio Ricardo Riverón, y los más nuevos Diana Ferreiro, Yandrey Lay y Jesús Curbelo Plasencia.

Periodistas José Antonio Fulgueiras y Yandrey Lay. Los cronistas José Antonio Fulgueiras y Yandrey Lay, dos de los premiados en el certamen. (Foto: Francisnet Díaz Rondón)

Como iniciativa adicional se escogieron las tres crónicas más sobresalientes. El primer lugar recayó en Máximo Gómez y la ingratitud humana, de Yandrey Lay; el segundo para Lorca busca poesía en Sagua, de Alberto González Rivero, y La odisea del muerto, de José Antonio Fulgueiras.

Sobre el valor de la crónica y del evento, los participantes coinciden en la importancia de cederle espacio a un género algo subvalorado en el transcurso del tiempo:

  La periodista Diana Ferreiro, representante de la nueva generación de cronistas. (Foto: Francisnet Díaz Rondón)

«Me ha parecido muy bueno y me alegro mucho de estar participando. La crónica es uno de esos géneros que se consideran menor, o no merecedor de espacios y eventos. Pero que (el encuentro) sea en un género como este, y no cuento o poesía, que son un poco más favorecidos, lo hace particularmente interesante. Es bueno ver que la Uneac de Santa Clara se preocupa y presta atención a eso. Ha habido muy buen nivel y variedad, pues no todas son humorísticas o todas dramáticas, con un buen balance», manifestó Eduardo del Llano.

El periodista José Alejandro Rodríguez opinó:

«La crónica es el más humano de todos los géneros periodísticos, y también de los literarios […]. Es muy importante que Santa Clara, con su apego a mirar las cosas siempre de una manera diversa, haya convocado este evento para hacernos pensar también en qué medida estamos reflejando con gracia, belleza y agudeza las realidades del país. Nos ayuda a plantear la inquietud de qué periodismo se está haciendo, cuál necesita nuestra gente, hasta cuándo vamos a estar con retóricas y repeticiones que a veces no nos ayudan, y hasta qué punto vamos a abordar los grandes temas humanos de esta isla desde la perspectiva de historias de vida».

De manera general, el encuentro sobrepasó las expectativas, principalmente con la participación del público, que no asistió a una actividad común, sino auténtica, vivaz y provechosa al máximo.

Ahora solo resta esperar por la compilación de «Cronistas crónicos», y por la próxima edición de Sin la espuma del olvido, un proyecto pensado para remover almas y no ser más de lo mismo.     

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