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Clausuran bailarines de nueve países Festival Alicia Alonso


Durante 10 días, 25 funciones en tres teatros de la capital fueron un saldo positivo del Festival cubano, uno de los más antiguos de su tipo en el mundo

El 25 Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso este lunes es historia tras clausurar sus jornadas con dos espectáculos protagonizados por danzantes de nueve países.

La primera función ofrecida ayer por los cuba nos Viengsay Valdés y Osiel Gouneo encantó al público del Teatro Nacional por el disfrute y el alarde técnico compartido por los artistas en el clásico Don Quijote, según reportó Prensa Latina.

Valdés y Gouneo bailan como si fuese un paseo, a veces como si jugasen, y ejecutan versiones propias de giros y balances a comodidad, pues el virtuosismo les viene por naturaleza, ambos brindaron más que un espectáculo una fiesta, de las escasas en el mundo e inolvidable.

Todo el elenco del Ballet Nacional de Cuba (BNC) los secundó a cabalidad, aunque pudieran destacarse los magníficos desempeños del torero Espada, Ariel Martínez; la reina de las dríadas, Claudia García; y el acople de la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Giovanni Duarte.

Poco después de esta función, comenzó la gala de clausura en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso con un tango de Piazzolla, que para bailarines argentinos representa siempre una oportunidad de sensualidad, exhibición de técnica y goce.

Julieta Paul y Federico Fernández, del Buenos Aires Ballet, lo asumieron con gusto; pero el toque de espectacularidad lo introdujo la puertorriqueña Laura Valentín con otro tango del propio Piazzolla y una coreografía de Rodney Rivera, más contemporánea y defendida por ella con garra.

Otra vez el argentino Daniel Proietto, miembro del Ballet Nacional de Noruega, dio muestras de fluidez dentro de la danza moderna, aunque excedió la dosis de amaneramiento en Réplica, de Omar Saravia.

Para todo espectador que disfrutó en el mismo teatro la gala de la noche anterior, el estreno en Cuba de Cigne, de Proietto en calidad de coreógrafo y la actuación de lacuba na Daniela Gómez en esa versión de La muerte del cisne constituyó una de las obras más contundentes del evento.

Cigne, junto a los estrenos mundiales de Oscurio, de la creadora colombiana-belga Annabelle López Ochoa para el Ballet Nacional de Cuba ; e Invierno, de la local Ely Regina Hernández, en la interpretación de las primeras figuras de esa compañía Anette Delgado y Dani Hernández, fueron de las mejores piezas de la cita.

La primera bailarina del Ballet Nacional de Uruguay María Ricetto tejió una Julieta sublime en la exitosa versión de Kenneth Macmillan sobre la obra de Shakespeare Romeo y Julieta; mientras Hyemin Hwang y Dontak Lee, del Universal Ballet, de Corea del Sur, ilustraron con elegancia un cuento popular de su país.

También, la venezolana Mary Carmen Catoya, del Arts Ballet Theatre of Florida, estuvo muy agradable en el estreno de La danza comienza con tus pasos, coreografía del ruso Vladimir Issaev creada especialmente para rendir homenaje a la prima ballerina assolutacuba na Alicia Alonso.

Todas las primeras artistas del Ballet Nacional de Cuba bailaron, incluso Valdés corrió de un teatro para el otro con el propósito de protagonizar un estreno mundial de la prestigiosa coreógrafa española María Rovira, con el título de Alas.

Durante 10 días, 25 funciones en tres teatros de esta capital fueron un saldo positivo del Festival cubano, uno de los más antiguos de su tipo en el mundo.

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