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A mi Entender

Las dos vidas de Cantinflas

Por Alberto Nájar

A los mexicanos no les importa el lado desagradable de Cantinflas. (Foto: AFP)

A los mexicanos no les importa el lado desagradable de Cantinflas. (Foto: AFP)

Muchos creen que Cantinflas fue el mejor actor de comedia de la historia de México. Pero Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, su nombre verdadero, era una persona radicalmente distinta.

Su personaje, un simpático joven con un trozo de tela al hombro a la que llamaba gabardina, con el pantalón ceñido por un cordón diez centímetros debajo de la cintura, sombrero gastado y con una forma peculiar de hablar sin decir nada, hacía reír a todos quienes lo veían en la pantalla.

Pero en la calle, con sus compañeros artistas o los sitios que frecuentaba el actor se mostraba frío, hostil y soberbio según han contado quienes le conocieron.

Ahora que en México se estrena la primera película sobre la vida del actor, algunos recuerdan esa parte poco conocida del actor.

Contrastes

La escritora Guadalupe Loaeza asegura que Cantinflas y Mario Moreno eran dos personas en una, que vivían en permanente contradicción.

“Era un hombre que mundanamente no era simpático, era desagradable”, le dice a BBC Mundo. “Mario Moreno era un personaje muy siniestro, con una ambigüedad muy evidente. Sus colegas no lo querían”.

Sin embargo otros tienen una visión muy distinta del personaje. Quienes trabajaron con él en el inicio de su carrera dicen, por ejemplo, que repartió entre lustrabotas y vendedores de periódicos su primer sueldo ganado en un teatro formal, el Garibaldi.

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