Strike 3: No hay Kriptonita para Super Freddy
Según relata el comic, la Kriptonita anulaba el inmenso poder de Supermán. Las balas no podían contra él; ni siquiera la mismísima bomba de neutrones. Pero aquel misterioso mineral debilitaba al héroe de calzoncillos rojos.
Freddy Asiel Álvarez, en cambio, no conoce antídotos. En sus últimas cinco aperturas, el muchacho de Sierra Morena ha envenenado a las baterías de Cienfuegos y Matanzas, hasta llegar a acumular 40.2 entradas sin permitir carrera limpia. ¿Y cómo está su WHIP? Agárrese: 0.72. De otra galaxia. O de ésta, pero muy lejos del alcance del común de los mortales.
Pocas veces se ha visto un dominio tan avasallador en Series Nacionales. En plena fase de play off, el derecho cuenta sus triunfos por salida, apenas le batean .152, archiva 29 ponches y tan solo nueve bases. Eso, a pesar de que enfrente ha tenido a José Dariel Abreu, Ernesto Molinet, Pavel Quesada, William Luis, Guillermo Heredia, José Miguel Fernández, Ariel Sánchez…
Freddy se ha convertido en Super Freddy. Ha puesto “punto en boca”, como exigió en aquella conferencia de prensa, y probado que es lanzador del clutch. De ese instante espinoso y terrible que algunos rehúyen cuando escasean fe y riñones.
Le fue mal en el segmento clasificatorio del torneo doméstico. Ganó tres, perdió cuatro, y le conectaron para un altísimo .307 que excedió la media colectiva en la friolera de 40 puntos. Demasiado para un serpentinero del team Cuba. No obstante, en el Clásico dio algunas muestras de recuperación…
Allá relevó en par de ocasiones, solo admitió tres imparables en 5.1 capítulos, su efectividad ancló en 3.38 y “aguantó” en un desafío a la peligrosa alineación de Holanda. Luego, de vuelta a la Serie, poco a poco fue reencontrando su mejor versión, hasta fijar sus números del segundo tramo en cinco éxitos, dos patinazos, PCL de 2.50 y average adversario de .243.
Sin embargo, nadie –ni él mismo- pudo esperar tan prodigiosa seguidilla en la postemporada. Por muy alto que Noelvis Entenza le puso el listón, siempre encontró manera de vencerlo. Y tampoco ha creído en Cocodrilos, ni en probabilidades, ni en situaciones límite. Recta pegada, curva, slider, buen comando, guante seguro y flema tibetana: su receta es, en estos momentos, La Receta.
Punto en boca.
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