"La pasión de mi vida es el mar"
El salitre y sol, le han curtido la piel a este hombre de 75 años, alto corpulento, de poco hablar, solo se entusiasma a charlar si se trata de la pasión de su vida.
En sus ratos libres, como entretenimiento, gusta de jugar dominó, como buen cubano. Sin dejar de analizar bien la ficha que tiene que poner, para tratar de ganar en buena lid, reafirma el pescador Miguel Martínez Cárdenas, oriundo del poblado costero de Isabela de Sagua que la langosta conocida como la Reina del Caribe, es un rubro exportable fundamental para el país. .
Cada día comienza una nueva aventura cuando se encamina rumbo a las faenas de la mar.Recuerda que ha visto muchas langostas que pueden pesar hasta 12 libras,el secreto está en manipularlas bien, por el garapacho para no estropearlas. Y muy fresca en su memoria está la herida que le produjo un pez Gato, que se coló de intruso en la nasa, pero una vez se le sanó la herida volvió a la captura del crustáceo.Su padre era pescador y se ganaba el sustento de la familia, cada día en el mar, dice Miguel quien continuó la tradición, recuerda que tenía 14 años, cuando cogió sus artes de pesca y se hizo a la mar.
“Siempre me he dedicado a la pesca de la langosta, es lo que me gusta”.La corrida es partir del mes de octubre hasta diciembre, nos movemos desde Marillanes a Cayo Esquivel. Cuando se observa el sol en el horizonte es que comienza la faena hasta las 3 o las 4 de la tarde. Es muy singular siempre el pescador tiene que estar dentro del agua, zambullirse y sacarla con guantes metálicos y echarlos en la nasa, unos jaulones de malla y también empleamos el jamo, muy parecidos”.
La carga “viva”, la llevan hasta el centro de acopio en Marillanes donde las seleccionan y pesan, para su traslado en la embarcación conocida como la Enviada hasta la Cooperativa de Isabela y de ahí en carros refrigerados para su procesamiento en la industria de Caibarién.
La veda de la langosta está estipulada entre los meses de enero y febrero,Martínez remarca que cuando se reporta menos manifestación de la especie, este tiempo lo emplean para arreglar la embarcación, la LP-18, pintada de color azul y blanco, de unos 15 metros equivalentes a 45 pies de largo. Mientras en el invierno es cuando se incrementan los arribos a las zonas de pesca, y se aprovecha para incrementar los niveles de captura.
Su hijo Miguelito es el maquinista, Sergio Padrón Ramírez, el marinero de cubierta e Ibrahim Borges Ferrer, encargado de cocinar los alimentos durante los días en que están de pesquería.
¿Dónde radica el secreto para lograr la captura prevista para un mes y en años atrás triplicarla, indago con este langostero reconocido en el país. Miguel baja el mentón y de inmediato levanta sus ojos que reflejan una mirada transparente para responder “sólo hay que trabajar duro.”
De él y su tripulación depende recaudar por cada tonelada de langosta, unos 17 mil dólares que representan un significativo aporte para la economía del país.” Hasta que tenga fuerzas, estaré trabajando o disfrutando lo que se hacer”.
Los trabajadores de la pesca son estimulados salarialmente en moneda libremente convertible y perciben un salario decoroso. Atrás quedó la vida insegura, Miguel está orgulloso de su hermosa familia. Sus hijos, han seguido los pasos del padre, uno lo acompaña en el barco y el otro es pescador deportivo y su hija Carmen, trabaja en la Cooperativa de Pesca ( ISAMAR)
“Mi nieta Eliani, aspira a ser médico, ya termina el Pre Universitario, ¿quien me lo iba a decir, a un simple pescador? Claro, es difícil para una mujer capturar langostas, pero periodista anote bien, será la doctora quien cure a los hombres de mar”.
Bárbara Fortes
Bárbara Fortes
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