O lo hacemos, o nos hundimos en el abismo tecnológico
A propósito de Informática 2013, que por estos días ocupa titulares y genera expectativas, Granma dialogó sobre este tópico con Pablo Bello Arellano, secretario general de la Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Telecomunicaciones (AHCIET)
  SHEYLA DELGADO GUERRA  En la llamada era digital, las nuevas tecnologías de la  			información y las comunicaciones (TIC) devienen armas estratégicas  			para el desarrollo en el orbe. Pero con la misma celeridad  			arrolladora de Internet y los avances científico-técnicos en este  			campo, crece la brecha digital, entendida como las desigualdades  			socioeconómicas en la accesibilidad a esas tecnologías.   "Internet es hoy por hoy una herramienta fundamental para el  			desarrollo de los pueblos y, particularmente, de América Latina y el  			Caribe, que puede y debe generar igualdad de oportunidades, de  			progreso, y de desarrollo económico, social y cultural. El cierre de  			disparidades resulta un imperativo ético y moral, y condición  			elemental del desarrollo. Para lograrlo se requieren dos aspectos  			principales: infraestructura de las telecomunicaciones, de las  			redes, y que la conectividad llegue a todos los rincones. Lo  			segundo: que la oferta de servicios, de contenidos, aplicaciones...  			esté disponible, que sepamos usarla y le demos un sentido útil. Ese  			es el desafío fundamental". —Oportunidades reales que existen actualmente en la región... "Hemos dado pasos muy importantes en el aumento de los  			indicadores en términos de acceso a Internet, pero persisten  			‘bolsones’ y por razones económicas, de ruralidad o distanciamiento  			aún muchas personas no tienen acceso a las TIC. De cara al año 2020  			América Latina debe y puede cerrar completamente la brecha digital. "Debemos ser capaces todos de trabajar en el objetivo compartido  			de eliminar la brecha lo antes posible. Esto requiere de políticas  			públicas bien definidas también en el ámbito del e-government (gobierno electrónico), de todo lo que es telemedicina,  			tele-educación, trámites públicos... " —¿Hacia dónde está enfocada la "mira" de la organización de la  			cual usted es secretario general para impulsar la inclusión digital,  			en contraposición a la brecha existente?  "Se está jugando en buena medida nuestra posibilidad de  			desarrollo y de generar equidad. A mayor uso y penetración de  			servicios de telecomunicaciones, hay más crecimiento económico y  			posibilidades de inclusión social. Debemos generar un diálogo entre  			todos los actores y facilitar el despliegue de infraestructura:  			torres, antenas, servicios de fibra óptica, redes alámbricas o  			inalámbricas... Luego, potenciar el espectro radioeléctrico,  			elemento fundamental de las comunicaciones inalámbricas; tercero,  			disminuir impuestos y generar un entorno favorable a las  			telecomunicaciones. Y en cuarto lugar, trabajar de común acuerdo en  			solventar todas las barreras del desarrollo sectorial". —¿Cómo valora la gestión del Gobierno cubano en el campo de la  			informática y las telecomunicaciones para cerrar la brecha digital? "Los indicadores son positivos. En los últimos diez años el  			crecimiento de la banda ancha fija ha sido importante, pero mucho  			más significativo ha sido el de la móvil. Este tipo de telefonía ha  			logrado un salto visible en estos cinco años y resulta relevante la  			preocupación y el nivel de prioridad muy nítidos por parte del  			Gobierno cubano, a través del Ministerio de Comunicaciones. "Si hay algo en lo que Cuba destaca es en la informatización de  			la función pública, de los servicios de los ciudadanos para que haya  			más gobierno electrónico. Esto permite una participación superior en  			los procesos de decisión. Y Cuba va en el buen camino. El reto ahora  			es apretar el acelerador con un sentido claro de la urgencia porque  			la brecha digital o profundiza las desigualdades o, si la cerramos,  			se convierte en instrumento fundamental para el progreso". —Si bien por un lado Internet constituye una fortaleza, por otro  			puede devenir incluso instrumento de agresión, y Cuba ha sido un  			blanco constante de la guerra mediática, la cual no escapa a este  			medio alternativo de comunicación... "Exactamente, las TIC —como todas las tecnologías— tienen sus  			riesgos. Por definición las tecnologías no son buenas ni malas, son  			simplemente una herramienta y hay que saber usar esa herramienta  			para fortalecer el avance de los países, no para atacarlos". —Cuando se habla de accesibilidad y desarrollo tecnológico, no  			puede descartarse que el bloqueo estadounidense tiene un impacto  			tangible... ¿Cuánto cree usted que afecta esa atroz medida del  			gobierno norteamericano a la gestión de Cuba por el cierre de la  			brecha digital?
Pablo  			Bello Arellano, secretario general de la AHCIET. 
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