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A mi Entender

Benny Moré, cantor de ciudades y pueblos

Escrito por  Onelia Chaveco Chaveco/AIN

Hoy Benny se recuerda en Cuba entera, y en especial en cada uno de esos rincones llevado a la inmortalidad por la voz singular de uno de los grandes de la música cubana.


Con el deceso de Bartolomé Maximiliano Moré, más conocido por Benny Moré, no solo se le iba un hijo a Santa Isabel de las Lajas, su pueblo natal, también lo perdía Cienfuegos, y toda Cuba porque el cantante constituyó un hito dentro del panorama cultural de esta Isla.


 En tal sentido, si algo distinguió el repertorio del llamado Bárbaro del Ritmo, fue el hecho de cantar a tantísimas ciudades del archipiélago cubano, que en retribución le amaron hasta convertirle en mito.
  

Cierto que esas composiciones tenían la firma en su mayoría de otros autores, entre estos Ramón Cabrera, un compositor de Bayamo conocido como el pintor de las ciudades.
  

Sin embargo, aunque no nacieron de su inspiración, Benny supo impregnarle sabor, sentimiento, melodía para hacer como suya cada pieza musical.
  

“Palma Soriano”, “Guantánamo”, “Manzanillo”, “Santiago de Cuba” y “Marianao” engrosaron las páginas musicales pueblerinas interpretadas por el bardo cienfueguero.
  

Según relató el propio Ramón Cabrera, Mariano Mercerón le presentó al  Benny diciéndole: “Este muchacho tiene mucha inspiración, mira a ver si te gustan sus canciones”. Y ahí fue donde le entregó la “Palma Soriano”.
  

La obra fue compuesta en un estado de tristeza, declaró alguna vez Cabrera, incluso en una parte de su letra dice: Palma Soriano/ me voy y te dejo mañana/.
  

Grabada con la orquesta de Ernesto Duarte, un tiempo después el Benny, llamado por todos El Bárbaro del Ritmo, la cantó en la Terraza Club de ese pueblo oriental durante unos carnavales, y resultó un éxito tal que el músico cienfueguero quedó encantado.
  

Acto seguido Ramón Cabrera le entregó la pieza “Guantánamo” y así sucesivamente.
  

En una vieja entrevista el compositor bayamés narró que Benny le dio la satisfacción de grabar la canción Marianao. Aseguró sobre esa página que “cuando la escuchas te parece que Marianao es lo más grande. “Marianao, qué bonito eres, / tus lindas mujeres/ te dan el encanto de amar.../ En Marianao la vida se ve/ se ve color de rosa/ y cada vez que miras tú ves /una mujer hermosa/.
  

Contó Cabrera que Benny se percata de cuánto éxito aportaba escribir canciones de ese corte y le dijo: “Ya no me des más canciones dedicadas a los pueblos, porque, ahora las voy a hacer yo mismo”. Y compuso “Cienfuegos”, y “Santa Isabel de las Lajas”.
  

Según  especialistas, esas son las dos únicas canciones dedicadas a los pueblos firmadas por el Benny, y las hizo precisamente a las localidades que más amó, tal y como reza en ambas composiciones, sobre todo en Santa Isabel de las Lajas devenida casi testamento musical.
  

Tanto repercutió esa pieza que por hacer trascender ese, su terruño natal, en 1956 autoridades de Lajas propusieron declarar el 25 de septiembre el Día del Benny Moré.
  

Hoy, 19 de febrero, a 50 años de su fallecimiento, Benny se recuerda en Cuba entera, y en especial en cada uno de esos rincones llevado a la inmortalidad por la voz singular de uno de los grandes de la música cubana.

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