Miami vuelve a ofender a la música cubana
Orlando Vistel, presidente del Instituto Cubano de la Música (ICM), denunció hoy el vandalismo de refundar en Miami una orquesta Riverside, cuando la original se mantiene vigente en la Isla desde 1938.
En el Centro de Prensa Internacional, en La Habana, Vistel difundió un comunicado del ICM donde expresa que todo intento de desnaturalizar y usurpar el patrimonio de un país es un crimen, representa una adulteración al legado de la humanidad y como tal debe ser repudiado.
Subrayó que este es un llamamiento a la opinión pública para provocar en los autores de ese hecho una reconsideración de actitud y reconocimiento de errores, al tiempo que aseguró que no descartan la posibilidad de emprender acciones legales si fuera necesario.
Afirmó que Cuba no tiene reparos en aportar al mundo su patrimonio musical, creado en un proceso natural surgido de las raíces de su cultura.
Recordó que en el propio Miami crearon una “pseudo orquesta Aragón “, la cual a pesar del apoyo promocional del clan Estefan no prosperó debido a que la autenticidad de los Aragones cubanos no puede ser replicada.
Raúl Nacianceno, actual director de la “Riverside “, destacó que la agrupación fue renovada con jóvenes egresados de la enseñanza artística y aseguró mantiene aún su sello original.
Manifestó que la actual disputa se gana en la medida en que el colectivo artístico se mantenga presente en Cuba y en el extranjero.
También recordó que a la nómina del conjunto pertenecieron consumados músicos como Enrique González Mántici y Adolfo Guzmán, y que fue allí donde el mítico cantante Tito Gómez inmortalizó la canción Vereda tropical, entre otros muchos temas considerados éxitos.
Marcos Antonio Urbay Serafín, de 84 años y con 69 de carrera artística, fundador de la Escuela Cubana de Trompeta y en una etapa integrante de la “Riverside “, puntualizó que le duele este ultraje, más aún después de ver un video del engendro miamense, cuyos trombones y cantantes desafinan: pecado imperdonable cuando de arte musical se trata.
En una etapa profesor del Instituto Superior de Arte y de la Escuela Nacional de Arte y ahora director de una banda de adultos y otra de niños en su natal Caibarién, Urbay señala que trabajó con la “Riverside ” en los años 50, época de oro de la agrupación; cuando era la jazz band más importante de La Habana.
Jorge Reyes, virtuoso contrabajista de fama mundial, quien perteneció cuatro años y medio a la agrupación, aseguró que la auténtica orquesta es la cubana, con la cual grabó una versión de Vereda tropical, en su segunda etapa de renovación.
DECLARACIÓN DEL INSTITUTO CUBANO DE LA MÚSICA
El Instituto Cubano de la Música repudió hoy aquí la creación de una orquesta en Miami, Estados Unidos, a la que pretenden nombrar Riverside, hecho que calificó de vandálico, repudiable y transgresor del respeto a la nación cubana. A continuación, Prensa Latina trasmite el texto íntegro de la declaración emitida por esa institución de la isla:
“Todo intento de desnaturalizar y usurpar el patrimonio de un país es un crimen, es adulterar el patrimonio histórico de la humanidad y como tal debe ser repudiado.
Cuba, reservorio de la cultura musical universal, ha puesto históricamente al servicio de ésta los frutos de una creación caracterizada por la raigalidad y su indiscutible apego a la identidad del cubano.
A la luz de las agresiones mediáticas a las que Cuba es sometida, la creación de una orquesta en Miami, a la que pretenden nombrar Riverside es un hecho repudiable que traspasa las fronteras del elemental respeto a la nación cubana, y que sólo intenta confundir a la opinión pública internacional.
Defender la creación e interpretación de las agrupaciones musicales que nos identifican, es defender a la nación y nacionalidad cubanas. Conocer nuestras esencias musicales, es saber nuestro origen, de dónde venimos.
La orquesta Riverside, nuestra Riverside, en su trayectoria desde 1938, año de su nacimiento, ha sintetizado en su repertorio de más de 600 piezas, la mejor savia de nuestra música. Emblema durante los años 40 tanto en Cuba como fuera de nuestro país, al ser la más importante jazz band de La Habana.
En la formación y desarrollo de la música cubana diversos géneros populares convergieron en la orquesta Riverside, que a partir del formato de jazz band, encontró el modo de cristalizarlos. Esto le valió el alto reconocimiento de la Radio, Televisión y el pueblo de Cuba.
Temas como “Vereda Tropical”, “El de la rumba soy yo”, “Qué lío tío” en la voz de Tito Gómez, indispensable cantante de nuestro patrimonio musical, se convirtieron en símbolos que definen lo cubano. Y cuando decimos cubano estamos hablando de los géneros originarios. Hablamos del son, de la rumba, del danzón, del bolero, los ritmos y sonoridades que los identifican. Hablamos de aquella música que nace de la creación popular y genuina y que, en su proceso de asimilación y decantación, se devuelve readaptada en cada época, pero siempre nos identifica como cubanos.
Animados sólo con la intención de enriquecer el patrimonio musical cubano desfilaron por esta orquesta el gran Peruchín, el gran Cachaíto, Joseito González, el “guajiro Miraba!”, Enrique González Mantici, Adolfo Guzmán, Marcos Urbay, Jorge Reyes, sin pretender separarla jamás de los procesos históricos en que se desenvuelve la nación cubana. Por el contrario, la enaltecieron.
De igual forma, una veintena de músicos jóvenes, formados por nuestro sistema de enseñanza artística, herederos de nuestras tradicíones, integran hoy la renovada Orquesta Riverside.
Cuba, país pequeño, bloqueado y asediado constantemente por diversas vías, se agiganta cada vez más, al establecer entre sus prioridades el desarrollo integral de la cultura como escudo de la nación cubana. Por ello cuando se apuesta por una agrupación musical, se hace desde la esencia de sus valores culturales y no para coquetear con un mercado inculto y banal diseñado al gusto de los intereses comerciales de las más bajas filiaciones políticas.
Pretender promover una orquesta con igual nombre y repertorio, haciendo uso de los mismos arreglos en un país que quiere hacer suyo lo que no le pertenece, lo que no gestó su cultura propia, viola los convenios internacionales en materia de derechos, de los que tanto Cuba como Estados Unidos somos signatarios.
La Riverside es en sí misma un sello identificador de la música cubana, se reconoce por su propia sonoridad y por su estilo interpretativo. La orquesta Riverside, por derecho propio tiene un reconocimiento internacional donde su nombre, como el de otras orquestas cubanas, deviene símbolo del patrimonio de la nación y resulta elemental el respeto a ese derecho.
El Instituto Cubano de la Música en representación de los músicos cubanos denuncia este acto y manifiesta sin lugar a dudas su indignación por tan vandálico hecho.
La Habana, 23 de noviembre de 2012″.
(Con información de la AIN y Prensa Latina)
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