Cascarita (Cuba)
Por Ricardo R. González
Este lunes 12 de noviembre de 2012 Cascarita nos dijo adiós. Ni siquiera se despidió, ni dio un augurio de que ya se acercaba el final de sus días. El peso de 79 años llevados sobre la diminuta anatomía, y el desgaste a su paso por la vida condicionaron esa complicidad inexplicable del desenlace irreversible.
Ya no veremos a Martín Chávez Espinosa con su clásico sombrerito ni su rostro peculiar de mitad chino y la otra parte cubano, el maestro del güiro y de las claves, el criollo que hacía vibrar el escenario gracias a ese temperamento que lo acercaba al más vital de los adolescentes.
Se fue signado por el privilegio de compartir la actuación con Benny Moré y Compay Segundo, por citar solo dos luminarias, o de pertenecer a otras agrupaciones hasta llegar al emblemático grupo villaclareño Los Fakires, del que resultó voz líder para impregnarle un matiz peculiar a cada interpretación.
Así los sellos disqueros EGREM y Magic Music registraron a la banda villaclareña en sus respectivos catálogos, y dieron vida a lo que sería el primer disco de la agrupación en formato de CD.
Temas antológicos de los años 30, 40 y 50 conformaron la muestra que incluyó 14 tracks: Suavecito, Chan, chan, Mata Siguaraya, Fuerza de voluntad, El reloj de Pastora, y El bobo de la yuca, entre otros.
Por otra parte Los Fakires, ese algo muy nuestro legendario acompañaron a figuras claves de la música cubana como Omara Portuondo, Beatriz Márquez, Ela Calvo, Farah María, Miguel Ángel Céspedes, Alberto Falla (ex cantante del grupo Moncada), Moraima Secada, Los Hermanos Bermúdez, y Tata Güines para compartir con lo mejor de la música cubana contemporánea,
En 2004 intervinieron en El son más largo con el propósito de lograr un Récords Güines luego de más de 300 horas de ejecución indetenible a lo largo del país, mientras la potencialidad del colectivo resultó suficiente para ser captada en un documental producido por la National Geographic
Giras por Europa, Estados Unidos, y África consolidaron la profesionalidad de sus músicos que despidieron a su antológico cantante en la necrópolis de Santa Clara.
Cascarita marchó, y aun bajo el efecto de lo creíble o el indicio de una simple pesadilla habrá que reconocer que es cierto. Por eso, no lo censuramos por no pedirnos permiso para emprender el largo viaje. Claro que por voluntad no lo dejaríamos partir.
Nos queda su legado, allí entre la magia de El Mejunje, en el centro de promoción cultural El Bosque, en el ambiente de la casona de la UNEAC, por las áreas del Museo de Artes Decorativas , o quién sabe…Queda su música grabada, y el recuerdo de su silueta activa envuelta por la gloria de su ciudad, deseándole, como él quería, salud al buen arte.
Entonces, esté donde esté, maestro, ilumínenos desde el Olimpo invencible de los grandes.
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