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A mi Entender

Siempre junto a la furia y belleza del Undoso

Siempre junto a la furia y belleza del Undoso


Bárbara Fortes

Las aguas del Undoso volvieron a desbordarse como hace 64años,exactamente el 21 de octubre de 1948 cuando ocurrió una de las mayores inundaciones en Sagua.Con esa memoria gráfica insuperable, nítidamente recuerda Wenceslao Francia Robaina,quien reside en la vivienda  marcada con el número 73 de la calle Clara Barton entre Luz Caballero y Patria, en esta ciudad de Sagua la Grande.

"La corriente del río  sobrepasó el Puente El Triunfo, la casa se inundó aquella vez,casi hasta el techo, tenía en aquel entonces  28 años, como ha llovido, dice sonriente. En otras ocasiones el agua ha llegado a unos 100 metros como en estos días.

Ahora todo es muy distinto,apunta este hombre de gran nobleza, buen amigo, siempre con una sonrisa y un dicharacho,a flor de labios.Todos lo saludan al pasar.Quien no conoce a "Negrito" porque su color oscuro semeja al del ébano  

Con la afabilidad que lo caracteriza, afirma que vino a vivir a esta  casa a los 12 años con sus padres.De este barrio no me voy, todos son como mi familia, los vecinos están pendientes de nosotros, pues mi hIjo estaba movilizado , tenía que  cumplir con su deber, pero nos sentimos  seguros mi esposa Edita y yo.

Al rememorar aquellos días de 1948,  expresa con sentidas palabras," antes no se informaba y la gente no sabía nada, no se adoptaban medidas de prevención,no evacuaban, tuvimos que irnos hasta donde radicaba el Sindicato Azucarero, en la calle Padre Varela.La posibilidad DE resguardarnos  fue gracias a  que trabajaba en el antigo central Resulta, en aquel entonces en el área de bagazo y entonces  a los que integrabamos el sindicato, nos acogieron, mientras pasaba la inundación.

Todo es diferente en estos momentos, a veces las personas son indisciplinadas y no se dan cuenta que  nos están cuidando la vida, que es el tesoro mayor que tenemos.

Este sagüero de pura cepa,conoce esta zonadel río como la palma de su mano, sabe de sus crecidas, que alteran la cotidianeidad, pero expresa enfático:" no podría vivir en otro lugar.Estaré aquí hasta los últimos momentos de mi vida.Porlas tardes, voy a contemplar el Undoso, con sus aguas tranquilas pero que se enfurecen cuando sale de su cauce, aunque es contradicorio,no se ensombrece  su gran belleza natural.

Algo de historia de inundaciones en Sagua la Grande

 El 21 de octubre de 1948 en horas de la noche las aguas del río Sagua la Grande inundaron la ciudad de igual nombre de manera descomunal como no se veía desde 1906. La Villa quedó cubierta de agua en todos los lugares de una cota menor a la de la calle Colón, no sólo en las partes aledañas al río, también las lagunas se desbordaron afectando los barrios cercanos a ellas.

Las fuertes corrientes destruyeron todo a su paso, derrumbó varias casas en el barrio de Sitiecito, arrancó los sembrados y ahogó a los animales que no fueron evacuados a tiempo dejando cientos de familias campesinas en la ruina total en pocas horas.
El Cuerpo de Bomberos y la Cruz Roja organizaron equipos de salvamento que utilizando chalanas y remolcadores rescataban a las familias atrapadas en los altos de las casas llevándolas a zonas seguras, estos medios podían navegar perfectamente hasta la calle Colón donde los efectivos de la Policía Nacional y el Ejército los recibían, además de velar porque nadie pudiera adentrarse en las áreas afectadas para realizar actos de ratería (cosa que no hubo que lamentar). La eficiente labor desplegada con rapidez impidió tener que lamentar muertes o heridos.

El agua subió hasta el nivel del puente “El Triunfo” en la ciudad, lo que impidió la comunicación entre los barrios en las márgenes opuestas del río. La carretera a Santa Clara también fue cubierta y grandes trechos del terraplén de los Ferrocarriles Unidos fueron destruidos, por lo que dejó incomunicada momentáneamente la villa de Sagua la Grande.

La noche del 23 se celebró una reunión de las autoridades, ciudadanos pudientes e ingenieros para tomar las medidas necesarias con vista a evitar la ocurrencia de epidemias y el hambre; además de valorar la necesidad o no de evacuar toda la ciudad ante la posible ruptura del dique construido en 1912 en el que se apreciaban fisuras en sus paredes.
 Las conclusiones de los análisis efectuados arrojaron dos tareas primordiales: Exigir el mantenimiento y terminación de las obras del dique; y la reconstrucción del puente “Felipe Pazos” situado en la carretera a Santa Clara que sufrió graves afectaciones.

El cálculo de las pérdidas producto de la inundación arrojó un monto superior a los tres millones de pesos al sumar los derrumbes de viviendas, comercios, la destrucción de sembrados, vías de comunicación, redes técnicas, puentes, el dique, las pérdidas en medios materiales y animales.

Los ingenieros Víctor Suárez y Pedro Martín designados por el Ministerio de Obras Públicas para la inspección técnica del dique luego de la inundación, determinaron la necesidad urgente de reforzar los muros de la obra ingeniera, así como la construcción de los canales de desagüe que complementan la obra. Ante el pánico general en la Villa por la posibilidad de que el dique no resistiera una nueva crecida y se quebrara de golpe comenzó una campaña llevada hasta el gobierno de la nación por la solución de este problema a través de la prensa y la radio bajo el lema “Nos ahogamos los Sagüeros”.


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