Adiós a Pucho López
En la madrugada de este sábado 15 de septiembre, se nos fue uno de los músicos cubanos más queridos de cuantos hayan nacido al arte y desarrollado su trayectoria a partir de las dos últimas décadas del pasado siglo. Había nacido en Placetas, al centro de la Isla, a mediados de los 50. Un par de décadas después, conmenzaba a despuntar, no sólo como ejecutante de varios instrumentos sino como compositor y arreglista. Su práctica desde el atril como clarinetista y saxofonista, se robustece en el universo de la guitarra y los teclados. Su buen gusto musical nato, le llevó a desarrollar un asombroso dominio de los timbres que aportó empaque, color y brillantez a la producción discográfica de connotados cantantes cubanos. Su dinamismo fue la garantía para un paso siempre exitoso, en el desempeño de su papel como arreglista. por la discografía nacional, ya se tratara de su propia obra o bien del respaldo a intérpretes vocales volcados hacia un repertorio variado
Había formado parte del casi legendario grupo Los Fakires así como, en calidad de ejecutante de instrumentos de viento en la Banda del Ejército Central Muy joven, despuntó como fundador del grupo Raíces Nuevas, desde donde desarrolló una rica trayectoria como ejecutante y arreglista, dejando un rastro exitoso en eventos nacionales e internacionales . Al frente del grupo que llevó su nombre, paralelamente a la programación regular que demandaba su presencia, más allá de un largo e intenso camino influyendo en el lanzamiento de la obra discográfica de compositores como el trovador Lázaro García o la cantante santaclareña Vionaika, un episodio culminante marca la última etapa de su vida y es la colaboración con la desaparecida Sara González en su serie discográfica Cantos de mujer ( I y II ) así como en sus de presentaciones en vivo. Su faceta quizás más deslumbrante, cobra vida en la popular peña El Jardín de la Gorda, desde donde Pucho López se proyectó, más allá de asumir el papel de quien colabora hombro con hombro para llevar adelante con éxito semejante labor de arte y comunicación, como un verdadero puntal capaz de mantener vivos el ánimo y las ganas de vivir de aquella gordita a quien nunca, gracias a él, a Marta Campos y demás colaboradores, le faltaron razones para proyectar nuevas formas de encuentro con su gente.
Noble y conmovedor fue el gesto de Pucho López al bautizar su banda con un nuevo nombre cuando la gordita Sara nos dejó. Fue así como surgió, de su ingenio y generosidad (y con el beneplácito de todos), Pucho López y su Sara Banda.
Al partir, Pucho López nos deja muy tristes. Descanse en paz.
Almendares, 16 de septiembre de 2012
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