Cuba: referente mundial en rehabilitación cardiovascular
por Iris de Armas Padrino
El Programa Nacional de Rehabilitación de Enfermedades Cardiovasculares en Cuba figura mundialmente entre los más homogéneos y eficientes, en particular en América Latina y el Caribe, aseveró un experto en esta capital.
En exclusiva a la AIN el Doctor en Ciencias Eduardo Rivas, director del Centro de Rehabilitación del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, destacó que en la Isla existen entidades desde el nivel primario, en policlínicos, áreas terapéuticas y círculos de abuelos, donde participan especialistas de cultura física junto con el personal médico.
El presidente de la Sociedad Cubana de Cardiología precisó que se atienden a los pacientes con diferentes formas de cardiopatías isquémicas, después del infarto cardiaco agudo, de la cirugía de las arterias coronarias, angina de pecho, angioplastia o dilatación de las arterias coronarias.
Incluye a personas con afectación de las válvulas cardiacas, hipertensión arterial y otras insuficiencias, enfatizó.
El hecho de que la atención médica en Cuba sea gratuita, incluido la rehabilitación cardiaca, propicia que los pacientes puedan incorporarse a los servicios de recuperación por un largo tiempo, acotó Rivas.
Está comprobado que la rehabilitación incrementa la calidad y cantidad de años de vida, y contribuye a una rápida reincorporación al trabajo, lo cual supera con creces desde el punto de vista económico las inversiones que se realizan para establecer y desarrollar estos programas, dijo.
En este Instituto se rehabilitan más de 20 mil pacientes anualmente, y de acuerdo con las últimas estadísticas más del 60 por ciento de todos los que padecen de afecciones cardiovasculares agudas se incorporan a programas homogéneos de elevado nivel científico en la nación.
Ello ubica a Cuba en un lugar de honor, pues no todos los países del primer mundo muestran cifras que superen a las nuestras, remarcó el experto.
Estadísticas confirman que en los últimos años en la Isla hay una detención del incremento de la morbimortalidad por enfermedades cardiovasculares, con el consiguiente aumento de la expectativa de vida de casi 78 años de edad.
No obstante, los especialistas insisten en la importancia de la prevención basada en los hábitos sanos de vida y una alimentación adecuada.
Con la disminución de la obesidad y la práctica de ejercicios físicos se puede prevenir esta tendencia, así como regular la hipertensión arterial que aumenta el riesgo de tener trastornos en las arterias coronarias, en particular en la medida que se envejece.
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