La columna deportiva: El desamor en tiempos de Cristiano
por Miguel Ernesto Gómez, especial de Cubasí
“¿Lo dice en serio?”, le preguntó. “Desde que nací”—dijo Florentino Ariza—no he dicho una sola cosa que no sea en serio”.
No es una equivocación, esta sigue siendo una columna deportiva. De seguro algunos lectores identificaron el célebre pasaje del libro El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez, y se preguntaron por su ubicación en un espacio dedicado al deporte. La respuesta es que, salvando distancias de todo tipo, el diálogo del inicio podría ajustarse a la situación de Cristiano Ronaldo y el Real Madrid. “No me siento querido”, expresó CR7 en declaraciones a la prensa, y los fanáticos merengues se hicieron la misma interrogante que el personaje recreado por el Gabo: “¿lo dice en serio?”
El portugués no comenzó bien su cuarta temporada con el Real Madrid. En los dos primeros desafíos no marcó ningún gol; aunque su juego fue esencial para la muy celebrada victoria del club, sobre el archirrival de siempre, el Barcelona, en la Súper Copa de España. Este fue el tercer título de CR7 con los merengues.
A pesar de la rápida desventaja de cinco puntos ante el Barca en la tabla de posiciones, en realidad nadie dudaba que el Madrid realizara los ajustes pertinentes para borrar las malas impresiones de los desafíos frente a Valencia y Getafe. Llegó la tercera fecha del campeonato y CR7 finalmente marcó sus dos primeros goles, en la cómoda victoria del club por 3 a 0 sobre Granada.
En ninguno de los dos tantos el portugués celebró. Sencillamente se quedó parado, con cara de pocos amigos, mientras sus compañeros de equipo corrían hacia él, para saludarlo. Luego vino una lesión y Ronaldo pidió el cambio. Algo extraño sucedía y la tormenta se desató en la zona de entrevistas del estadio “Santiago Bernabéu”, donde CR7 hizo temblar a los seguidores del madridismo, al declarar: “la gente dentro del club sabe porqué no celebro los goles. No lo hago cuando estoy triste. Es un motivo profesional”.
Estas palabras tuvieron un impacto inmediato. La prensa especializada española las seleccionó como titular del día y algunos medios ingleses—todos sensacionalistas y que aprovechan estas noticias para vender más ejemplares—se lanzaron a especular sobre una posible salida de CR7 hacia equipos con multimillonarios propietarios, como el Manchester City, del jeque Mansour bin Zayed.
Para complicar más la trama, que pudiéramos llamar “El desamor de CR7”, su agente, Jorge Mendes, aseguró que sabía por qué Ronaldo estaba triste; pero no explicó las razones. Esto, como era de esperarse, reactivó las especulaciones, las cuales se concentran en tratar de comprender en qué no ha complacido el Real Madrid a su principal estrella.
¿Qué giro podría dar el guión de esta novela? Es necesario encontrar un motivo para las palabras del futbolista, así que periodistas y fanáticos se preguntan: ¿Ronaldo quiere más dinero? ¿No siente el apoyo del club? ¿Puro egocentrismo? CR7, al menos por el momento, no quiere hablar del asunto.
Ante el silencio del protagonista, el osado escritor que se atreva a narrar esta historia tendrá que manejar múltiples datos. Desde que llegó al Madrid, en 2009, Ronaldo ha marcado la impresionante cifra de 150 goles. Después de varias temporadas sin acercarse al Barcelona, finalmente el club merengue, dirigido por José Mourinho—sin dudas, otro personaje interesante de la trama—completó el triplete, al ganar la Liga 2011-2012, la Súper Copa 2012 y antes había triunfado en la Copa del Rey. Queda pendiente la “asignatura” de la Liga de Campeones; pero el amplio palmarés de Ronaldo tiene tres nuevos títulos.
CR7 quiere una renovación de su contrato que concluye en 2015. El portugués gana aproximadamente 10 millones de euros anuales—solo por el fútbol, ya que no se incluyen los ingresos por prestar su imagen o nombre a campañas publicitarias—; pero probablemente aspira a más. Quizás se ha mirado en el espejo del considerado mejor futbolista del mundo, Lionel Messi, quien ya acumula tres premios Balón de Oro en años consecutivos y podría estar cerca de firmar la sexta renovación con el Barcelona.
Otro posible capítulo de “El desamor en tiempos de Cristiano” deberá dedicarse a los premios. En 2008, cuando jugaba con el Manchester United, CR7 logró el Balón de Oro. Luego, a pesar de sus excelentes temporadas—en 2011 impuso un récord de goles para la Liga española que un año más tarde superó Messi—, el portugués no ha sido favorecido en las votaciones de diversos galardones.
Recientemente se celebró, en Mónaco, una gala que tuvo como colofón la entrega del premio al Mejor futbolista de Europa. Ronaldo parecía ser el favorito, junto a Messi; sin embargo, el título logrado por España en la Eurocopa, organizada por Polonia-Ucrania, pesó más y el culé Andrés Iniesta levantó el trofeo. Tal vez esto haya colmado la paciencia de CR7.
¿Cuál podría ser el final del drama? Probablemente para un fanático del Real Madrid resulte difícil comprender el “malestar” de la principal estrella del equipo. Quizás CR7 solo envió este mensaje de alerta para “incentivar” su millonaria renovación o, realmente, se molestó con alguien-algo dentro del club.
De cualquier forma, lo que sí a muchos no ha parecido bien es que un brillante jugador haga públicas sus quejas contra el club para el que juega, en lugar de resolver esos asuntos internos de una manera menos llamativa. No obstante, queda claro que ese no es el camino que prefiere Ronaldo.
“Desde que nací no he dicho una sola cosa que no sea en serio”, aclaró Florentino Ariza, casi al final de esa gran muestra de realismo mágico que es El amor en los tiempos del cólera. De seguro los millones de fanáticos del Real Madrid esperan que, solo por esta vez, Cristiano Ronaldo haya bromeado.
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