Eric Morales Manero y su caja de zapatos
Siempre  supe que Eric iba a ser bueno. Apostó por el teatro y le está yendo  bien. Por eso sus amigos nos alegramos. Esta puede ser la crónica de  cualquiera de los que lo conocimos en su Sagua natal. Por eso escribo a  nombre de Genadys, de Rini, de Adriana, Lisandra y de los innumerables  aliados que cosechó a fuerza de buen carácter y perseverancia.
Hoy, por suerte, descubro que conserva a la perfección ambas virtudes junto a otras que me precio de no mencionar. Esa es la suerte de ser su amiga.
Hace  unos años lo vi salir triunfante de un “camino de pasos peligrosos”  labrados en el grupo teatro Escambray, el mejor postgrado para quien  egresa en la especialidad de teatro de la Escuela Profesional de Arte  Samuel Feijóo. 
Después comprobé que con el mismo carácter que  enfrenta la vida asume su carrera. Y supe que para Eric Morales Manero  (sus amigos preferimos decirle Manero) no hay papel grande o pequeño.  Fue aquella vez en que, gracias a su controvertido personaje en “La vida  en la plaza Roosvelt” colmó el patio de la Casa de Cultura Enrique  González Mantici como pocas veces en los últimos años y, de paso las  expectativas de muchos que se acercaban por primera vez al mundo de las  tablas.
Después decidió probar suerte entre los grandes en la  capital. Confieso que pensé que el sueño era demasiado ambicioso, pero  ahí está, abriéndose camino, lentamente, pero de forma certera. 
Si  sus amigos nos alegramos cuando lo vimos en la teleserie “Flores con  Patricia”, hace algunos veranos, no me imagino qué dirá Genadys, su  eterno compañero de aventuras, cuando sepa que Eric es hoy un director  joven favorecido por la crítica de los medios cubanos en Internet.
Este  sagüero se estrena en la dirección con “Una caja de zapatos vacía”. Y  otra vez fue atrevido el hijo de Betty, (sí, la que canta) porque apostó  por Virgilio Piñera para su debut, en el que él también se desempeña  como  actor.
En unos días Eric nos dará otras sorpresas pues forma  parte del elenco de la teleserie cubana “Con palabras propias”, que  esperamos por el simple placer de ver una cara amiga en la pantalla.
Qué  suerte que estas nuevas llegan en el mes de julio, justo cuando  recuerdo que junto a Eric pasé el mejor verano de mi vida. Solo por eso,  y porque compartimos casi el mismo millón de amigos, me alegro por su  caja, a la que ojalá le quepan todos nuestros aplausos.
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