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La ciencia cubana sigue avanzando en productos contra el cáncer

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El cáncer, un término bajo el cual se agrupan unas 200 enfermedades, constituye en la actualidad la primera causa de muerte a nivel global, causando unos 7,7 millones de defunciones cada año (cerca del 13 por ciento del total).

Los pronósticos a mediano plazo sugieren un aumento en el número de nuevos casos debido fundamentalmente al envejecimiento poblacional, el elevado número de fumadores -activos y pasivos- y los estilos de vida poco saludables.

Para los cubanos, los tumores malignos se han convertido en una seria amenaza, y ya ocupan el segundo lugar en la mortalidad del país, después de las enfermedades cardiacas.

De acuerdo con estadísticas de salud, las principales localizaciones de cáncer en la isla, en el caso de los hombres son pulmón y próstata, mientras para la mujer destacan mama y cuello de útero.

Como consecuencia de éste último mueren anualmente en Cuba unas 400 féminas, a pesar de ser uno de los tipos de neoplasia más prevenible, detectable y tratable, y existir un programa nacional encaminado al diagnóstico precoz.

Por ello, investigadores cubanos se afanan en la búsqueda de un fármaco eficaz para el tratamiento de los tumores cervicouterinos, algo en lo que trabajan desde hace algunos años especialistas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).

Entre estos destaca un estudio que realiza un equipo de expertos liderado por el Doctor en Ciencias Silvio Perea Rodríguez, el cual explora la actividad antitumoral de un péptido sintético capaz de bloquear la enzima caseína kinasa dos (CK2), y provocar la muerte programada de las células tumorales.

Esta molécula, muy conocida en la comunidad científica, no había sido considerada como un objeto destacable en la lucha contra el cáncer, sin embargo hemos visto que se encuentra sobreexpresada o sobreproducida en altos niveles en la mayoría de las modalidades de ese mal, de ahí la relevancia de su análisis, explica Perea.

CIGB-300, es el nombre provisional del compuesto diseñado por los especialistas, con el que se ha tratado ya a un pequeño grupo de pacientes con resultados positivos, explicó Perea a Prensa Latina.

Esperamos en un corto plazo comenzar estudios de confirmación terapéutica para comprobar la eficacia del medicamento, indicado no solo en cáncer de útero, también en condilomas del tracto genital, aseveró el científico.

Señaló además que según las tendencias actuales de tratamiento, la molécula se combinaría con las terapias tradicionales, como las radiaciones y los citostáticos, añadió.

El CIGB-300 explora un nuevo concepto en la oncología, no hay similares en el mercado, por lo cual constituye un reto para la ciencia cubana.

Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer, aseveró Perea.

La prevención continúa siendo la herramienta más importante en la lucha contra el cáncer cervicouterino, relacionado con el virus del papiloma humano (VPH), que se transmite por contacto sexual, inicio precoz de las relaciones sexual.

(Con información de Prensa Latina)

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