Por un parto feliz
Bárabara Fortes
Por resultar un hecho tan común, en nuestro país nadie se asombra de que casi ningún niño fallezca al nacer y que la tasa de mortalidad infantil sea muy baja, como es el caso de Sagua la Grande, donde la cifra se ha mantenido en CERO al término del primer semestre del actual año.
Y todo es el resultado de la sostenibilidad del programa materno infantil, prioridad del sistema de salud cubano. Los indicadores son comparables con los de países desarrollados y una muestra de los esfuerzos por lograr mayor calidad de vida de la población.
Según comentó la doctora Alina Ortega, coordinadora del programa materno infantil en el municipio saguero las acciones están dirigidas a fortalecer el mismo, por lo que a las embarazadas se les orientan en su consultorio médico cómo desarrollar una maternidad responsable.
Enfatizó la relevancia de los aspectos relacionados con la comunicación social, y la participación activa de la familia para comprender la importancia del cuidado pre y post natal y lo imprescindible de la lactancia materna, así como la crianza del bebé.
La institución acoge en estos momentos a 21 mujeres, ingresadas en el Hogar Materno Leonor Pérez, de La Villa del Undoso, remitidas por presentar alto riesgo obstétrico. De ellas dos con diagnóstico de parto gemelar.
Allí reciben la atención esmerada del personal médico y de enfermería, la supervisión genética, sicológica, una alimentación balanceada, y la intervención de otros especialistas que trabajan por evitar cualquier contratiempo y garantizar un parto feliz, sobre todo si es planificado por la pareja.
Cuba exhibe una tasa de mortalidad infantil de 4,6 por cada mil nacidos vivos, cifra muy significativa en el mundo, así como la mortalidad en niños hasta los cinco años es mínima, son razones para apostar por la grandeza de un programa que protege a la mujer y a sus hijos.
igual sucede con la tasa de mortalidad infantil que es muy baja en el país, actualmente de 4,7 por mil nacidos vivos.
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