El ALBA defenderá derechos de la naturaleza en Conferencia Río+20

Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) sostendrán una posición común en cuanto a la defensa de los derechos de la naturaleza, durante el segmento de jefes de Estado y Gobierno de la Conferencia de la ONU Río+20.

En la cita de Brasil, del 20 al 22 de junio, representantes de Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Dominica, Antigua y Barbuda y San Vicente y Las Granadinas insistirán en la defensa del desarrollo sostenible, la lucha contra la pobreza y la necesidad de asumir con responsabilidad el concepto del "buen vivir", reportó Telesur.

Durante una rueda de prensa conjunta, estos países coincidieron en la necesidad de que las potencias reconozcan que es también su deber ayudar a las naciones en vías de desarrollo a superar la crisis medio ambiental, generada principalmente por ellos.

René Orellana, delegado por Bolivia, dijo que la voz del ALBA exigirá a las potencias desarrolladas actuar en consecuencia con su deuda ecológica y las secuelas dejadas por años de colonialismo.

Destacó la importancia de que en Río+20 se logre un enfoque de visión equilibrada, global, entre la conservación y el respeto a los derechos de la Tierra, de los pobres a salir de la miseria y de los Estados a trabajar de conjunto para enfrentar la actual situación.

El ALBA está luchando para que ese mundo nuevo que se está construyendo, ese nuevo paso de la historia, no sucumba ante las presiones del mundo, dijo la representante venezolana Claudia Salerno, al criticar al sistema capitalista que impulsan los países desarrollados sin importar el impacto negativo que causan.

Las negociaciones sobre los temas de la Conferencia Río+20 terminaron la noche de este viernes sin acuerdo y se retomaron hoy bajo la coordinación de Brasil, país anfitrión.

Ayer fue la fecha límite para alcanzar un consenso antes de la cita de jefes de Estado y de Gobierno, sobre las principales divergencias de naturaleza esencialmente económica, puesto que países ricos y pobres no han logrado un arreglo sobre cómo financiar los necesarios proyectos de desarrollo sostenible.