Para mitigar los calores que nos azotan: Una tranquila siesta en la nieve
En esta entrañable fotografía se puede observar a un oso polar (Ursus maritimus) y su osezno descansando plácidamente en la nieve. Los osos polares aguantan las bajas temperaturas por la gruesa capa de grasa que hay debajo de su piel (siempre de color negro) y un denso pelaje (que no es blanco sino traslúcido) compuesto de pelos huecos y rellenos de aire, que actúan como un excelente aislante térmico.
El oso polar es uno de los más afectados por el cambio climático. Los hielos del Ártico cada vez alcanzan menos extensión y se derriten antes, dejando a muchos de estos animales nadando grandes distancias hasta tierra firme.
Pero volvamos a la fotografía: ¿se percató el osezno de la presencia del fotógrafo? ¿O se trata de una coincidencia?
0 comentarios