Instituto de Segunda Enseñanza, siempre primeros
 Cuando  el 7 de mayo de 1937 se inauguró el Instituto de Segunda Enseñanza de  Sagua la Grande, quizás nunca imaginaron los iniciadores de aquel sueño  que la escuela llegaría a convertirse en una importante plaza de  talentos.
Cuando  el 7 de mayo de 1937 se inauguró el Instituto de Segunda Enseñanza de  Sagua la Grande, quizás nunca imaginaron los iniciadores de aquel sueño  que la escuela llegaría a convertirse en una importante plaza de  talentos.
Desde científicos como el doctor Roberto Douglas Pedroso y Abelardo Moreno Bonilla, considerados eminencias de la Medicina y la Zoología respectivamente, hasta el intelectual Manuel Gayol Fernández, profesor dejó huellas profundas en el estudiantado. De sus aulas salieron figuras de reconocidos méritos como Raúl Cepero Bonilla, José Felipe Carneado y muchos más.
A pesar de ello, fue en el deporte donde el Instituto se hizo grande. Cuenta Antonio Roca, investigador del deporte en la Villa del Undoso y ex alumno del centro, que la práctica de varias disciplinas inundaron los campos adyacentes al lugar y se respiraba rivalidad.
Con la entrada al ámbito competitivo sagüero de la importante institución educacional, la práctica deportiva cambió su carácter elitista en el territorio pues antes el liderazgo lo acaparaban las sociedades.
Sin dudas, la llegada a la Villa del Undoso del reconocido profesor habanero Miguel Ángel Masjuán avivó la llama del ejercicio físico en el territorio. El jugador y entrenador capitalino se propuso hacer de la tierra sagüera una plaza nombrada en la región. De esta forma, el Instituto de Segunda Enseñanza se vistió de títulos y honores.
El baloncesto se co menzó  a practicar en 1931. A partir de ese momento se marcó una diferencia en  los campeonatos locales ya que termina la hegemonía de las sociedades  en este deporte. El profesor Masjuán  hizo de los varones un equipo  respetado en la región central del país.
menzó  a practicar en 1931. A partir de ese momento se marcó una diferencia en  los campeonatos locales ya que termina la hegemonía de las sociedades  en este deporte. El profesor Masjuán  hizo de los varones un equipo  respetado en la región central del país.
De igual forma, y siguiendo el pensamiento “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”, la esposa del entrenador, Mimí Salmón, se dedicó a incentivar las canastas entre las señoritas. Dicen que fue la entrenadora del equipo de baloncesto femenino del instituto por varios años y que a ella se le debió la inclinación deportiva en las hembras.
Otra especialidad que gozó de igual prestigio en el Instituto de Segunda Enseñanza de Sagua fue el béisbol. El team que participó durante la temporada 1944-1945 en el Campeonato  Provincial Inter institutos derrotó a Santa Clara, Sancti Spiritus,  Remedios y Cienfuegos. Luego a nivel nacional ganó el primer lugar tras  derrotar a Camagüey 12-9, a Santiago de Cuba 18-14 y al Instituto del  Vedado 21-5.
Entre los jugadores más sobresalientes se hallaban el  lanzador Rafael Olaechea, Conrado Morales quien batió más de 500,  Francisco Suárez líder de carreras anotadas con 15 y 20 hits.
 Por  su parte, el fútbol y el voleibol aportaron también dulces trofeos.  Cuentan que en 1942 se desarrolló un campeonato local de fútbol entre el  Instituto de Segunda Enseñanza y una selección de los Antiguos Alumnos  del Colegio de los Jesuitas. El ganador representaría a Sagua en el  campeonato provincial que acontecería por primera vez. El encuentro lo  ganó el Instituto, que fue derrotado posteriormente por Zulueta,  territorio potencia del fútbol desde entonces.
Por  su parte, el fútbol y el voleibol aportaron también dulces trofeos.  Cuentan que en 1942 se desarrolló un campeonato local de fútbol entre el  Instituto de Segunda Enseñanza y una selección de los Antiguos Alumnos  del Colegio de los Jesuitas. El ganador representaría a Sagua en el  campeonato provincial que acontecería por primera vez. El encuentro lo  ganó el Instituto, que fue derrotado posteriormente por Zulueta,  territorio potencia del fútbol desde entonces.
Narran algunos testimonios que el día del recibimiento a los atletas del Instituto, cuando regresaban de competir fuera de la ciudad, era todo un suceso. El pueblo se congregaba en la Estación de Ferrocarril. Todos querían saludar a las glorias deportivas de la Segunda Enseñanza, aunque lo de segundo era una ironía porque casi siempre volvían primeros.
 
       
		
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