Sorprende parto gemelar de yegua en Pinar del Río
Para el campesino Lázaro Luis Matanzas la víspera del Día de las Madres de 2012 quedará por siempre en su memoria. Ese sábado su yegua Carola le dio el alegrón mayor: era protagonista de un parto gemelar, pero curiosamente sus vástagos fueron un mulito y una potranquita.
Sobre la génesis de los hechos nos cuenta Marisleidys Matanzas, la hija: “Ella estaba suelta en el campo y el caballo de un vecino la montó por la mañana, cuando mi papá vino de la vega se lo dijimos y él dijo que iba por el burro, porque quería un mulito, así que en la tarde de ese día también la montó el burro, pero jamás nos imaginamos que una cosa así pasaría”.
El suceso constituye, en opinión del doctor José García, director técnico del Instituto de Medicina Veterinaria en la provincia, una rareza debido a que la hembra equina está constituida anatómicamente como especie unípara (que puede parir una sola cría) por las particularidades excepcionales de sus ovarios, de los cuales puede liberar un solo óvulo por un lugar determinado llamado “fosa de ovulación”.
¿Cómo puede explicarse este caso raro?, a esta interrogante responde el especialista: “La madre en período de celo puede superovular y al ser montada o cubierta por más de un semental pueden quedar fecundados los dos óvulos con nemaspermos (espermatozoides con cola) de ambos sementales.
“Como la hembra fue cubierta por un caballo en la mañana y en la tarde por un burro, y al tratarse de una yegua paridora -nueve partos anteriores- corpulenta, con buena capacidad pélvica, pudo desarrollar ambos fetos en el claustro materno.
“A la hora de parir primero trajo al mundo a la potrica que estaba a término, y seguidamente el mulito también fue expulsado, pero prematuramente pues la duración de la gestación de las yeguas cuando es de caballos demora 11 meses, y cuando es de burros, tarda un año”.
Afortunadamente el mulito nació con buenos reflejos vitales y con la maduración pulmonar necesaria, aunque a las 72 horas presentó una onfalitis con poliartritis que se trató adecuadamente, y el día de la visita de Guerrillero había retornado a la normalidad.
El suceso, inusual por demás, capta la atención de todos en la zona, allá en Consolación del Sur, donde Lázaro y su esposa Caridad tienen su modesta morada, a la cual alegra hoy Linda y Dichoso, nombres con que bautizaron a estas nuevas crías.
(Tomado de Guerrillero)
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