Cruz Roja: vocación de preservar vidas humanas
Bárbara Fortes
La historia de la Cruz Roja en Sagua la Grande, se remonta al 8 de mayo, hace 76 años cuando en homenaje al natalicio de Henry Dunant, fundador de su Comité Internacional y precursor de esta organización, se crea el Comité de Damas y Caballeros, que ofrecía sus donativos y ayuda a los más necesitados.
Con el devenir de los años y la etapa revolucionaria, la Asociación no gubernamental la integran hombres y mujeres de pueblo.Actualmente cuenta con 148 miembros. Entre los integrantes de más experiencia está Griselda Anido Rodríguez, quien hace 39 años forma parte de la misma.
Recuerda con gran nostalgia aquellos años en casas de campaña al paso del ciclón Kate, estuvo movilizada por 15 días para atender a las personas evacuadas de zonas de peligro así como derrumbes de viviendas, y graves accidentes de tránsito, el más reciente el ocurrido en 2010, para prestar los primeros auxilios a los lesionados.
Con sencillez habla de disímiles diplomas, reconocimientos y la Medalla por 25 años de pertenecer a la Cruz Roja, su segunda casa, apuntó.
“A los más jóvenes puedo decirles que esta es una labor que requiere de mucho sacrificio, todo lo que se hace es voluntariamente, hay que amar a la Cruz Roja, estar de espaldas al reloj, ante un llamado que se nos hace”.
Uno de los pilares que sustenta el trabajo de la Cruz Roja, es la solidaridad, siempre han estado al lado del pueblo, en circunstancias difíciles, pero también en actos políticos, desfiles y marchas patrióticas.
Tienen creado el Consejo de Veteranos, con 19 miembros, pero también cada día, se rejuvenece la Asociación, que enarbola con orgullo el emblema que la distingue en todo el mundo, por lo que los círculos de interés en escuelas primarias y la Secundaria Básica José Martí, son parte importante del trabajo para incorporar más voluntarios.
La Brigada Especializada de Operaciones y Socorro en Villa Clara la integran unos 30 miembros, de estos, 8 son sagueros, un reconocimiento a la labor destacada que durante años mantienen estos hombres y mujeres que enarbolan con orgullo un emblema internacional que trasciende fronteras e idiomas.
Aristas de esta profesión: El Salvavidas
El mar siempre ha sido la gran pasión del joven Ariel Águila Rodríguez. Desde pequeño integraba el círculo de interés de Biología Marina. Luego concluyó sus estudios de técnico medio como Maquinista Naval .Pero al conocer de la convocatoria para formarse como “salvavidas”, no lo pensó dos veces y matricula en la escuela nacional de esta especialidad en la que se gradúa en el año 2000.
Estrechamente vinculado al papel de la Cruz Roja en el salvamento de personas, por ello es miembro activo en Sagua la Grande. En la temporada de verano, la playa de Uvero, es el escenario, donde presta los primeros auxilios en caso de ser necesario a los bañistas.”En realidad disfruto mucho lo que hago porque me siento útil. Esta profesión requiere de mucho entrenamiento, nadar mucho y resistencia para cumplir el objetivo de salvar vidas humanas”.
0 comentarios