Silvio Rodríguez en la CUJAE: Invitación antigua
Texto: Mónica Rivero. Foto: Alejandro Ramírez Anderson
Presentación de Silvio Rodríguez, Niurka González, Trovarroco y Oliver Valdés en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (ISPJAE), con Eliades Ochoa como invitado.
José Antonio Echeverría fue luchador estudiantil de su tiempo sin saber que poco después, una universidad llevaría su nombre. El 13 de marzo de 1961, aniversario de su muerte, comenzaron las obras de construcción de la instalación que tres años más tarde sería inaugurada por Fidel como Ciudad Universitaria, y adoptada por la voz popular como “la CUJAE”.
Silvio Rodríguez se ha presentado en universidades con frecuencia, pero nunca lo había hecho en esta. Hasta hoy. Al saludar al público rememora la invitación que le hicieron en el año setenta. Recuerda haberse abstenido de aceptarla, y haberse hecho el propósito de no hacerlo mientras allí se realizaran ciertas asambleas donde se juzgaba a las personas por su orientación sexual.
Ha pasado mucho desde el setenta, y las cosas se han movido de lugar: ya no hay tales asambleas, Silvio acepta la invitación. Las cosas no solo se han movido, parece que se han movido bien. “Tenemos el gusto de tener una universidad mejor que cuando yo tenía la edad de ustedes” dijo a los presentes. “Pero no se duerman, queda mucho por hacer todavía”.
“Espero que sean como ese joven que se llamó José Antonio”, añade antes de presentar y ceder micrófono a Eliades Ochoa, invitado.
Regresa luego al escenario, al cabo de un bolero, de la antológica Lágrimas negras y otras. La gente adivina siempre en los primeros acordes la canción que vendrá, y grita eufórica con cada confirmación. Hace un poco de frío, Júpiter y Venus, visibles como en estos días, una luna sonriente, la noche clara… Y…
¿Qué haría José Antonio Echeverría o cualquiera de sus contemporáneos de entonces si tuviera veinte años hoy? ¿Cuál sería la adaptación del espíritu de aquella generación a estos días? No se viven tiempos iguales, no se trata de personas iguales –y qué suerte–, pero otra vez: ¿La acción heroica de estos tiempos? Muy probablemente menos notable que una toma de Radio Reloj o un ataque a Palacio. Aun así: cuál, cómo…
La multitud acaso se lo pregunta también, por lo menos algunos entre ella, se adivina una multitud cuestionadora, canta enardecida La maza, se emociona con El mayor, siente El reparador de sueños. De alguna manera se lo debe preguntar, y seguro las respuestas están en camino. Solo antecediendo otras preguntas que les vienen detrás.
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