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A mi Entender

Martí y María Mantilla: ¿qué dice la ciencia?

 

Martí y María MantillaPor Yamil Díaz Gómez

“¿Para qué, sino para poner paz entre los hombres, han de ser los adelantos de la ciencia?” José Martí

 

¿Quién mejor que el doctor Ercilio Vento para llevar una vieja polémica, desde el terreno subjetivo de las especulaciones, hacia el terreno firme donde la ciencia abre paso a la verdad? Con su prestigio bien ganado como antropólogo, arqueólogo, médico legal y espeleólogo, el también escritor, narrador oral e historiador Ercilio Vento, muestra el mismo rigor al adentrarse en los secretos del subsuelo terrestre que al adentrarse en los subsuelos de la historia…

¿Fue María Mantilla hija biológica de José Martí?

Nadie mejor que él para ayudarnos a encontrar la respuesta. Claro que no porque sea políglota; no porque haya salvado y conservado veinte años en su hogar una momia (para sonrisa de los que no comprenden nada); no porque en su persona se junten una suma increíble de saberes, que no duda en partir con los demás a través de cientos de artículos, libros, documentales, programas de televisión…; no por tantos aportes indudables suyos en los terrenos de la arqueología, la criminalística, la antropología, la espeleología, en honor de los cuales medio mundo ha abierto para él las aulas y las publicaciones, y en su hermosa Matanzas lo nombraron Historiador de la Ciudad; no porque luzca su vida innumerables premios, nombramientos y medallas; no por sus muchos aportes al conocimiento de la prehistoria de Cuba, sino por haber desarrollado y aplicado con éxito la utilísima Prueba Morfológica y Antropométrica.

Lo supe un día, gracias a la televisión: en procesos legales donde se disputaban conflictos paterno-filiales, se había utilizado ese instrumento científico desarrollado por Ercilio. «¿Y si ese método se pudiese aplicar a José Martí y María Mantilla?», pensé. «Desde hace años he estudiado ese caso», confesó.

Entonces, un montón de fotos -la mayoría procedente de los archivos de Nydia Sarabia- viajaron de Santa Clara a Matanzas. Y, en intensas jornadas, el apasionado científico buscó en los ojos, en las manos, en los labios, en la frente de ambos la solución a ese viejo y discutido dilema. Luego de comparar 66 caracteres antropométricos en Martí y en María, estos mostraron un ¡74, 3 %! de compatibilidad…

Diagrama de los rasgos coincidentes del rostro entre José Martí y María Mantilla por el doctor Ercilio Vento

YAMIL Díaz: ¿En qué consiste la Prueba Morfológica y Antropométrica?

ERCILIO VENTO: La prueba morfológica es un instrumento de valor que se aplica en los conflictos de filiación, es decir: cuando se impugna una cierta paternidad, o en el caso en que un ciudadano desea confirmarla. De manera normal, este tipo de proceso se dirime mediante un examen sanguíneo que agota sus serogrupos hasta un nivel de confiabilidad de 0,998 sobre 1, o por la prueba de ADN, esta última en extremo costosa. De manera que el examen antropológico de las características físicas individuales del presunto padre y del hijo en duda, puestas en confrontación para establecer el grado de herencia de los caracteres, sirve como medio de aproximar un criterio judicial que debe contar cuando menos, con una prueba de fiabilidad pericial médica, además de las pruebas que pueda practicar en otro orden de la investigación. Hoy la prueba hematológica con todos los serogrupos es compleja de realizar, además de los costos que ello implica como erogación del Estado ante un tipo de acción que -si bien se vale de medios de salud dispuestos como gratuitos- no hay que olvidar que se promueve a instancias de las partes interesadas. En los últimos años los tribunales del país han debido enfrentar la complejidad de estos litigios sin contar con la más idónea herramienta científica que colabore a la más justa sentencia. En el caso de la prueba morfológica que se aplica en Matanzas, es el resultado de 32 años de mi experiencia profesional, 32 años de intercambio con antropólogos de diferentes partes del mundo. En este lapso, la prueba no ha fallado en ningún caso, incluso frente a la comprobación con la prueba de ADN. La sumatoria de los rasgos en estudio, aporta un alto grado de fiabilidad en los resultados, lo único que se precisa por parte del perito es su experiencia y capacidad para identificar los rasgos físicos, privando su examen de toda subjetividad, toda vez que no se trata de establecer una simple semejanza, sino buscar los caracteres físicos heredados por el hijo a partir del presunto padre. Estos rasgos deben proceder del padre y de la madre. Si pueden ser identificados los de la madre pero no los del padre, la paternidad debe ser formalmente excluida.

Y.D.: Al aplicar dicha prueba al estudio de la relación José Martí-Martí Mantilla, ¿cómo procedió? ¿Qué resultados ha obtenido?

E.V.: En el caso particular de la posible paternidad de José Martí con María Mantilla, se tenía el inconveniente de ser ambas personas fallecidas. Esto no es obstáculo cuando se cuenta con suficiente material fotográfico del cual se pueden sacar conclusiones fiables. Gran parte lo aportó gentilmente la doctora Nydia Sarabia, sin el cual no habría sido posible realizar la prueba. El método se aplicó sobre esta base, tal como en otras ocasiones se ha hecho con sujetos contemporáneos. Gracias a la abundante iconografía existente, se pudo contar con un amplio material comparativo, de modo que la prueba no confrontó dificultades mayores de las que podrían suponerse al no ser las personas sujetos físicos vivos. Justo por esta vasta disponibilidad de imágenes, se alcanzó a establecer comparaciones en un rango de semejanzas del 74,3%. Se exceptuaron las comparaciones en los casos en que no se disponía del elemento semejante, como lo es la sangre. En realidad, no obstante ser arduo el trabajo y complejo, no puede decirse que fuera difícil al extremo de sacrificar su fiabilidad.

Diagrama de los rasgos coincidentes del restro entre José Martí y María Mantilla por el doctor Ercilio Vento

Y.D.: El índice de coincidencia de rasgos antropométricos parece alto…

E.V.: El índice de coincidencia o porcentual de coincidencia es alto y muy fiable, teniendo en cuenta que María posee también elementos que son heredados de su madre. Hay detalles que superan el simple valor numérico, por su peso cualitativo.  En este sentido llaman la atención algunas identidades: la forma del labio inferior, la comisura palpebral interna, la forma de la oreja, la forma de los ojos, el surco subnasal, la forma de la cara, el ángulo nasal, la orientación de las comisuras labiales, la orientación de las comisuras palpebrales, el eje general del ojo y las cejas, entre otros.

Si el tribunal donde se presenta el litigio no posee un instrumento pericial como esta prueba, fruto de una larga experiencia, su sentencia se apoya en su convicción y en aquellos elementos de juicio que le son aportados durante el proceso. Creo no estar errado al sostener que muchos jueces se sienten un tanto faltos de criterio científico a la hora de dictar su fallo, si no poseen un elemento que les permita apoyarse, aunque no estén obligados a tomar por cierta la opinión del perito. Lo que dice el experto no se convierte necesariamente en la cosa juzgada, según reza una máxima del derecho.

Y.D.: Ya sabemos que es deber de la ciencia no afirmar ni negar rotundamente aquello que no haya sido demostrado en un ciento por ciento; pero el doctor Ercilio Vento, además de un prestigioso científico, es una persona. Esa persona tiene derecho, como cualquier otra, a haber llegado a una conclusión acerca de si María Mantilla era o no hija biológica de José Martí.

E.V.: Salvo que se aporte una prueba en contrario que niegue de manera rotunda lo comprobado a través del examen realizado, y para decirlo en el modo que se suele hacer: la paternidad de José Martí con María Mantilla no puede ser excluida. Se busca siempre que las cosas que se desean demostrar sean categóricamente ciertas, cuando en la ciencia se impone la prudencia y se sabe el carácter relativo que la naturaleza impone en todas las cosas. Aun en este caso, el examen ha sido en esta parte lo suficiente concluyente para afirmar la paternidad presumida.

Es importante destacar, además, que en todo este estudio el único propósito ha sido la búsqueda de una verdad -quizás demasiado tiempo escondida o no revelada-, nunca un cuestionamiento de los hechos, ni de las personas; para hacerlo, habría que padecer aún mucho por Cuba, o morir por su defensa en un campo de batalla.

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