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A mi Entender

Abrazo de Harlem a La Colmenita

Domingo, 23 de Octubre de 2011 
 
lacolmenitaNueva York, Una cucarachita Martina a lo cubano cautivó al público que asistió, en la Harriet Trubman Learning Center, una escuela de Harlem, a la actuación de la compañía infantil La Colmenita, de visita hasta el 30 de octubre en Estados Unidos.

Interpretada en inglés por el elenco de niños que dirige Carlos Alberto Cremata, la obra es una suerte de comedia musical llena de color y alegría, en la cual actores y espectadores se funden.

Harlem, al norte de Manhattan, que tiene historia de hospitalidad y amistad hacia el pueblo antillano, expresó ayer que sigue siendo el mismo. Acogió a La Colmenita con el cariño espontáneo de su gente resumido en cada exclamación de "ÂíViva Cuba!".

La versión del cuento de La cucarachita Martina, Abracadabra y la orquesta de la agrupación son las propuestas que con todo éxito han presentado hasta el momento en Washington y ahora en Nueva York, antes de proseguir el 25 de octubre hacia San Francisco.

Harriet Trubman (nacida como Araminta Ross en 1820 y fallecida el 10 de marzo de 1913) fue una luchadora por la libertad de los afroamericanos durante la Guerra Civil estadounidense (1861-1865).

Tras escapar de la esclavitud, "realizó cerca de 19 rescates de esclavos", explicó a Prensa Latina Rosemari Mealy, autora del libro Fidel y Malcom X, memoria de un encuentro.

El líder de la Revolución cubana Fidel Castro viajó a Nueva York en 1960 a una sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas, ocasión en la que el gobierno de Estados Unidos se negó a ofrecerle un tratamiento oficial.

Los más importantes y suntuosos hoteles de Manhattan se voltearon o exigieron condiciones inaceptables a la delegación de Cuba. Fue el barrio negro de la ciudad, y su hotel Theresa, el que abrió sus puertas sin reparo. En ese lugar, "en una habitación del piso 15 se reunieron ambos dirigentes", recordó Mealy.

Ayer, al paso por la calle 129 una familia entera se detuvo para saludar con las manos en alto a la delegación de niños, Embajadores de Buena Voluntad de la Unicef, que se trasladan en un ómnibus amarillo de Pastores por la Paz, con la inscripción que exige el fin al bloqueo de más de cinco décadas impuesto contra la isla por sucesivas administraciones de la Casa Blanca.

Por Deisy Francis Mexidor

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