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A mi Entender

Silvio y Pablo: Respuesta a una provocación del señor Carlos Alberto Montaner

Silvio y Pablo

Silvio y Pablo

Tomado del blog Segunda Cita

Aquí estamos de nuevo, como tantas veces desde aquel año en que por primera vez el generoso  pueblo de casi todo el Estado español dio bienvenida a nuestras canciones. Siempre hemos vuelto con legítimo orgullo, como cuando se visita la casa de un abuelo con honra.  Nunca vinimos a quejarnos de lo que, del hogar, nos pudiera inquietar; porque aunque el mundo es la gran casa, tenemos un rescoldo caribeño que hemos sabido mantener tibio con el compromiso del amor.

Pero sabemos que hay quienes no piensan ni sienten como nosotros.  Incluso existen quienes se proclaman artistas y mienten, se engañen o no a sí mismos, porque han sembrado tanto odio que supone imposible una cosecha de gracia.

Por ser parte de un proceso revolucionario como el cubano, como el nuestro, no basta con escribir frases lapidarias desde una inmaculada urna de cristal; hay que desgarrarse con toda la realidad que entraña el quehacer cotidiano de mujeres y hombres que aman y sufren, que lo hacen mal, regular o bien, que se equivocan y que son víctimas de equivocaciones, pero que no eluden el reto que implica hacer cada día mejor y siempre más humana una obra revolucionaria que indiscutiblemente es un ejemplo para América Latina.

Nadie confunda la humildad con el temor.  Hemos tomado las armas, incluso las terribles, para defender, sin reparar en riesgos, lo que consideramos justo; el pueblo que edifica nuestra Revolución, la Revolución que edifica nuestro pueblo.  Y nadie  nos paga para defender lo que creemos. Sólo nuestra propia conciencia nos somete cada día a un riguroso pero necesario examen y cuando no estamos de acuerdo con algo, así como cuando estamos de acuerdo, lo cantamos y lo  asumimos en Cuba y donde sea necesario.  La única prisión que padecemos es la de no poder librarnos de la espantosa verdad de las guerras, la miseria, la  ignorancia y toda la injusticia que mantienen el egoísmo y la explotación en el mundo.

Aquí estamos de nuevo y como siempre regresaremos a Cuba.  Estamos orgullosos de vivir, de trabajar, de crear allí, de discutir y pelear a los cuatro vientos para que todo se haga mejor, para nosotros mismos hacerlo mejor; nunca creyendo que tenemos la verdad absoluta en nuestras manos, porque la sencilla verdad, la nuestra, hace tiempo que la comparte la gran mayoría de nuestro pueblo; y juntos, la recrearemos, como ahora, en trabajo, en amor, en canciones, en dignidad.

Pablo Milanés                                                        Silvio Rodríguez

Madrid, 28 de mayo de 1986.

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