Frente a frente con un mercenario
Bárbara Fortes
José Manuel Rivero Roque es un saguero de 86 años de edad quien expresa con gran satisfacción, cómo pudo ver prisionero a un repugnante mercenario, llamado Cándido Pacheco, quien antes de la Revolución trabajaba con él, en una cafetería situada en F y 23 en el Vedado, La Habana.
“El había marchado para Estados Unidos y me escribió varias cartas, quería que me fuera, que traicionara a la Patria. Me ofendía con palabras que no olvido”eres un comunista asqueroso, nos veremos las caras".Allí en Girón tuve la oportunidad degritarle a él, frente a frente y gritarle, cobarde, traidor, vende patria, aunque Fidel desde una tribuna improvisada, nos reunió a todos y dijo que no podíamos insultarlos porque eso demeritaba la victoria."
“Los mercenarios yanquis pensaron que por el alto poder militar que poseían podrían acabar con Cuba en un dos por tres, pero la felicidad les duró poco, el 19 de abril caía Playa Girón en manos de nuestro pueblo”.
Rivero se incorporó a las Milicias Revolucionarias. Perteneció al Batallón 120.Por aquel entonces vivía en La Habana, y cursó preparación militar en la Escuela de Cadetes de Managua.
Como todo revolucionario, respondió al llamado de la Patria, cuando Fidel declaró el carácter socialista de la Revolución, en la céntrica esquina del Vedado situada en 12 y 23 .”Me parece ver a los Batallones de Milicias que salían bien temprano para Girón”.
De los momentos que le impresionaron mucho recuerda el ataque de los aviones camuflados con la insignia de la aviación cubana, personas muertas, heridas, ómnibus incendiados, en fin,algo que no se puede borrar fácil de nuestra mente, por eso afirma que la victoria de Girón es un gran orgullo para mi al igual que para todos los cubanos.
“Sigo siendo revolucionario, soy militante del Partido desde su fundación y continuaré en defensa de la Patria hasta el último momento de mi vida”, recalcó emocionado.
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