Trovadores de por si
Asociados en los últimos tiempos a la poderosa imagen de Silvio Rodríguez —sea ante un auditorio en Washington o entre la buena gente de Pogolotti y Atarés—, los integrantes del trío Trovarroco valen lo que pesan por sí mismos.
La guitarra acústica en manos de Rachid López, el tres en las del prodigioso Maykel Elizalde y la guitarra bajo por cuenta de César Bacaró irradian desde su base de creación en la ciudad de Santa Clara, una invención sonora sorprendente, en la que argumentos conceptuales claramente definidos sostienen un discurso virtuoso y enervante.
No le temen a la carretera. El primer sábado de cada mes emprenden viaje hacia la capital y plantan en la Casa Cultural del ALBA al caer la tarde, esta última vez para sumarse al programa del Festival Plectro Habana 2011.
Vienen acompañados —Maykel lleva en paralelo el septeto Añejo Son, resonancia de la tradición de Piñeiro y Matamoros— y convocan a otros, como el cuarteto Laúdes de La Habana, la joven Siania y hasta hacen espacio para compartir un momento de folclor argentino.
Entre Laúdes de La Habana y Trovarroco se establece un diálogo iluminador. El cuarteto avanza hacia la configuración de un sonido en el que el instrumento pulsado heredado de los juglares españoles rebasa el reconocido territorio de la música rural cubana se empina hacia los ámbitos del Sur, bajo las banderas de Chabuca Granda y Egberto Gismonti.
Pdero de la Hoz
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