Tres lindas cubanas
Ya les fueron retiradas esas minisondas nasales empleadas para la alimentación, aumentan de peso, y tienen el factor humano y tecnológico necesarios en el servicio de Neonatología del hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, de Santa Clara.
Por Ricardo R, González
Fotos: Liván Montiel Campos y Ramón Barreras Valdés
Algo inusual despertó a Yordanka Martínez Peña aquella madrugada del pasado viernes 18 de febrero. Cierto dolor bajo vientre empezó a acompañarla hasta hacerse más intenso en la medida que el reloj corría.
Quizás hasta la joven de 28 años lo considero normal y pasajero, a tenor de que dentro de un mes, exactamente para el 16 de marzo, estaba prevista la llegada de sus retoños por triple partida.
No obstante, consultó la situación con el médico de asistencia tan pronto amaneció. Hicieron los exámenes pertinentes, y… ¡tremenda sorpresa!... no había mucho tiempo que perder. Uno de los salones del hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, de Santa Clara, debía activarse con urgencia porque las trillizas decidieron abrir, desde antes, las puertas del mundo.
A las 10:00 a.m. ya procedían a la cesárea realizada por las doctoras Dina Irene del Campo Pérez y Marilín Luna Hernández, la residente de El Salvador, Alba Luz Lema Ostorga, el anestesista Rubén Guerra Ortega, y la enfermera Daisy Álvarez López, quienes fueron los primeros privilegiados en escuchar el llanto de Anyeline de la Caridad, Anyelén de las Mercedes y Anyelaine Cabrera Martínez.
Una operación que transcurrió bajo normalidad, y según la doctora Isdeki Milián Espinosa, de la Unidad de Cuidados Especiales del centro hospitalario, no es alarmante el anticipo de fecha ante embarazos múltiples debido a la existencia de una distensión uterina, causante de ruptura de las membranas ovulares, que pudiera inducir al nacimiento.
PRINCIPIO Y FIN
Horas después Yordanka parecía que no había pasado por aquel trance. Las molestias propias de la herida, sin otros contratiempos. Y echa a volar su historia que comienza en la semana 13 de gestación cuando detectaron la variada prole en el policlínico Idalberto Revuelta, de Sagua la Grande.
A partir de entonces, el Hogar Materno de dicha localidad se convirtió en su lugar de residencia.
«Desde que cumplí las 28 semanas me trasladaron a la capital provincial. Permanecí en la Sala de Cuidados Especiales con atención sistemática hasta que aparecieron aquellos dolores», explica esta ama de casa, con domicilio en Isabela de Sagua.
«Tenía entre 32 y 33 semanas cuando se presentó la situación. Por suerte, el embarazo transcurrió sin alteraciones ni enfermedades asociadas.»
Yordanka recuerda que desde el primer ultrasonido distinguieron perfectamente la trilogía, aunque a una no se le visualizaba muy bien el sexo. Y lo único que sentía la madre era un excesivo peso sobre las piernas incrementado durante el avance del proceso.
Algo curioso es que ni en la familia materna ni paterna existen antecedentes de trillizos, un elemento considerado entre los factores que originan estos sucesos, sumado a la poliovulación femenina, las tensiones nerviosas, el tratamiento por infertilidad, y el uso indiscriminado y sin prescripción de anticonceptivos orales.
— ¿Cómo transcurrió aquel momento en que te dieron la noticia?
— Sorpresa total. Creo que para los especialistas también. Ni lo imaginaba. Ya tenía a mi hija Saidany Febles Martínez, de cuatro años, de mi anterior matrimonio, pero la acogí con mucha alegría a pesar de que quedas inmóvil por unos minutos.
La felicidad es compartida con Yohandi Cabrera Cáceres, quien se estrena como padre a los 25 años, sin apartarse de sus responsabilidades directivas en el taller del puerto de Isabela.
Mientras tanto, las trillizas evolucionan de manera satisfactoria, y de acuerdo a valoraciones de la doctora Nailet Águila Rodríguez ya están sometidas a la lactancia materna exclusiva, sin tener que recurrir a las minisondas nasales. También les fue retirada la alimentación parenteral (proteínas con otros suplementos nutritivos) administrada a través de las venas, y solo permanecen en las incubadoras hasta tanto alcancen mayor madurez.
En el mediodía del martes Anyeline pesaba 2 libras y 6 onzas, mientras Anyelín y Anyelaine, compartían las 3 libras y 2 onzas, cada una. Quizás un poco más o un poquito menos, pero sobre ese peso.
Yordanka y Yohandi son felices. Relatan que el ejemplar de Vanguardia pasó de mano en mano, allá en el punto costero, aquel sábado en que se publicó la información del nacimiento, mientras las noticias insertadas en las redes sociales hacen populares a los padres y a sus hijas, pues desde varias partes del mundo auguran el mayor bienestar a todos.
Motivada por las experiencias vividas es la progenitora quien subraya: «No hay mayor dicha que la maternidad. Exhorto a las parejas a que se embullen y reciban el regalo de trillizos.»
Ante tantos bríos, la pregunta recae sobre la propia pareja.
— Y ustedes ¿retomarían el episodio?
— Hummmmmmmmmmm…………..
Si se cumple o no, depende de voluntades personales, pero nadie puede dudar las buenas dichas deseadas a las tres lindas cubanas que comienzan a explorar el universo.
HECHOS Y HECHOS
La vida no siempre sonríe de idéntica manera. Mientras Yordanka Martínez Peña lograba el feliz término de su gestación, la cantante canadiense Celine Dion no alcanzaba, en parte, esa plenitud.
Mediante cesárea tuvo a sus mellizos en el Centro Médico St. Mary’s de West Palm Beach, Florida. Sin embargo, el embarazo era de trillizos, mas perdió una de las criaturas apenas cinco días después de que el ginecólogo le anunciara su futura maternidad.
La intérprete de My heart will go on (tema de la película Titanic) tuvo, previamente, seis intentos fallidos de fertilización in vitro.
Su propósito lo alcanzó a finales del último octubre, y luego de varios días para seleccionar el nombre de los pequeños, Dion y su esposo René Angelil acordaron el de Nelson, en honor al líder sudafricano Nelson Mandela, a quien la vocalista conoció en 2008 cuando inició su gira mundial en ese país.
El otro se llama Eddy en tributo a Eddy Marnay, compositor de origen argelino que produjo los primeros discos de Celine Dion.
Nada, que el dinero, la fama y las sofisticadas tecnologías forman una arista de la vida, pero no resultan el todo ni sustentan la felicidad absoluta.
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